El 71% rechaza la gestión de Rajoy y el 85% desconfía de él. Son los resultados de un sondeo de Metrocospia para diario El País. La desaprobación de la mayoría de los españoles del gobierno, de derecha, se debe fundamentalmente a la política de ajuste y reformas estructurales que ha aplicado, provocando una pérdida del estado de bienestar y un grave deterioro social que asfixia a gran parte de la población.
El traspaso de funcionarios públicos a empresas privadas de salud, los recortes de gastos para atender a los discapacitados, la rebaja de las pensiones de los jubilados, la intención de privatizar la salud, etc., son entre otras las últimas medidas que aplica el gobierno para cumplir con la meta del déficit fiscal, pero la población, los sindicatos, los jubilados, los desempleados, los indignados, los estudiantes, los pobres, etc., luchan contra esta política de ajuste salvaje que ha llevado hasta medidas desesperadas como la cadena humana rodeando a los hospitales, el suicidio de los desalojados de sus casas por no haber podido pagar la cuota del préstamo, etc.
Es que ya cerca del 25% de la población tiene exclusión social o es pobre, hay más de 5 millones desempleados, los comedores y bancos de alimentos para los pobres no se dan abasto para atenderlos, los estudiantes pagan más por matrícula, en hospitales públicos se cobra por receta y medicamentos, no se atiende a los inmigrantes, etc. En cambio, los bancos, uno de los causantes de la crisis, reciben un rescate millonario que impuso un ajuste draconiano.
Mientras que la población sufre las consecuencias de la crisis y de esta política, que reduce el gasto social: educación, salud, vivienda, etc., sin considerar los efectos sociales, el drama humano es cada vez más desgarrador.
Es la ideología de la derecha, que aplica una receta económica, al estilo del FMI, se trata de salvar al capital y no a la gente. Es que no interesa la gente, lo importante es reducir el déficit fiscal a cualquier costo, recortando el gasto social, de lograr equilibrios macroeconómicos sin contemplaciones. Es una política recesiva, que no se preocupa por el crecimiento, simplemente sanear la economía a cualquier costo. Es la ortodoxia económica, el pensamiento de la derecha, el neoliberalismo a su puro estilo.
Esta política económica se aplica vía shock, sin importar los efectos, condiciones y el país. Solo basta ver los casos de Grecia, Portugal, España, etc., para mostrar las graves consecuencias sociales del ajuste y las reformas estructurales, cuya receta siempre es la misma: para alcanzar los equilibrios macroeconómicos sacrifican a la población, privilegian a los mercados, a los bancos, a las trasnacionales, a los oligopolios, etc. Se trata de que la mayoría de la población pague la crisis y los causantes de la misma, políticos y banqueros, no vean afectados sus intereses. Es la receta económica de la derecha. Como dice la canción la vida no vale nada, importa el capital.