La Constitución del Ecuador, en el Capítulo Segundo: Derechos del Buen Vivir, garantiza en el Art. 32 el derecho a la salud; para ello el Estado asegura el acceso a servicios de promoción y atención integral de la misma. Con ese objetivo, entre otras acciones, el gobierno de la Revolución Ciudadana, a través del Ministerio de Salud, inauguró el 15 de este mes, en Calderón, el primer Centro Comunitario especializado en Salud Mental.
Este proyecto, que por primera vez se lleva a cabo en Ecuador, con carácter piloto, será reproducido en todo el territorio nacional. Allí trabajan desde hace un año tres siquiatras y dos sicólogas, con diversas especialidades, que atienden gratuitamente los problemas que los seres humanos sufren en cualquier parte: violencia contra la mujer e intrafamiliar, drogas y alcohol en los jóvenes, abuso sexual infantil. Igualmente imparten educación sexual y atienden problemáticas de alto riesgo para los niños y adolescentes, como embarazo precoz, dificultades de aprendizaje, etc.
Coordinan su labor con los colegios y escuelas del lugar. Los dramas humanos encontrados rebasan las nociones que llevaron a la fundación del centro y confirman la necesidad de una atención especializada que permita el desarrollo de personas equilibradas, capaces y éticas.
Por medio de talleres, sicoterapia individual, de pareja, familiar; sicodrama, sicofarmacología y tratamientos pedagógicos dirigidos a mejorar el aprendizaje de niños y niñas, tratan y rehabilitan a quienes lo necesitan. Desde el 2 de agosto de 2010 han abierto 1.254 historias clínicas de primera vez y cumplido 7.000 atenciones subsecuentes.
La fama del centro se ha regado entre profesionales y ciudadanos, que es visitado por personalidades como el Dr. Jorge Rodríguez, de la Organización Panamericana de la Salud; y las principales autoridades del Ministerio de Salud que colaboran en su ejercicio.
Al frente está la Dra. Isabel Ramírez Ramos, quien dejó su residencia de más de 30 años en Buenos Aires donde se formó y ejerció con enorme éxito su profesión. Su viejo sueño era entregar gratuitamente a los más humildes esa atención que solo puede ser pagada por pocos. Al triunfo de la Revolución Ciudadana volvió a su país para contribuir con sus conocimientos a la formación de especialistas que luego actuarán en todos los rincones de la patria. La gente sencilla de Calderón confirma los beneficios. Esta labor pionera en pro del buen vivir merece todo apoyo.