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El Telégrafo
Jorge Núñez Sánchez - Historiador y Escritor

¿Ejecutivo fuerte o Ejecutivo débil? (2)

28 de enero de 2016

La derecha ecuatoriana ha sido abanderada de la idea de un Poder Ejecutivo fuerte, mas ahora finge haberse vuelto democrática, tolerante y amiga de consensos. Es que ella ha terminado siendo una minoría, que requiere de la ayuda de otros para enfrentar con algún éxito al correísmo.

Así se explica que los políticos de oposición acusen a la actual Constitución de todos los males del país. La suya es una apreciación falsa y equivocada. Quienes tenemos más de cincuenta años recordamos las graves situaciones que vivió el país desde el retorno a la democracia, en 1978, por causa de Constituciones que consagraban la existencia de un Ejecutivo débil.

Ya hubiera querido el presidente Roldós tener una Constitución como la actual, que le permitiera disolver el Congreso por una sola vez, aunque sea mediante el mecanismo de la muerte cruzada. Pero no la tuvo y debió soportar durante su corto gobierno el acoso de los ‘Patriarcas de la Componenda’ (Assad Bucaram, Rafael Armijos y León Febres-Cordero), que buscaban someterlo a su voluntad o derribarlo del poder.

Tras su magnicidio asumió el poder Osvaldo Hurtado, un gobernante débil, que para sostenerse entregó la presidencia del Congreso y el manejo de las aduanas a Averroes Bucaram, y luego se allanó a presiones nacionales e internacionales y decretó la ‘sucretización’, por la que el Estado asumió las deudas en dólares de los empresarios fracasados y se las cobró en sucres devaluados.

Ya hubieran querido varios gobernantes honrados disponer de la iniciativa legislativa, para orientar la acción del Congreso hacia los grandes intereses nacionales, sin verse frenados en su labor por un Congreso de mayoría opositora. Pero no la tuvieron y debieron conformarse con efectuar pequeños cambios, insuficientes a ojos del país.

La ciudadanía no ha olvidado los vergonzosos episodios de la ‘pugna de poderes’ y los afamados ‘contratos colectivos’ socialcristianos, por los cuales los diputados de ese partido chantajeaban a cada gobierno para obtener crecientes recursos para las municipalidades bajo su control.

Tampoco ha olvidado que, en medio de esas tensiones políticas, cosechaban a río revuelto algunos pequeños partidos, que con un par de diputados se convertían en el fiel de la balanza y obtenían grandes tajadas de poder.

Por eso, ahora que políticos de toda laya creen llegada la hora de la restauración de sus apetitos, lo primero que quieren es desmontar la que llaman ‘Constitución autoritaria’. Eso es lo que los poderes fácticos necesitan para someter a los gobiernos que no son suyos. Es lo que algunos políticos audaces requieren para encumbrarse desde sus minorías electorales. Y es también lo que algunos piratas de la política esperan con ansia, para que vuelva a funcionar el ‘hombre del maletín’ y les hable al oído…

Queda por ver si el país ha madurado políticamente tras nueve años de Revolución Ciudadana o si la juventud, que no conoció las ruindades políticas del pasado, se deja tentar por una indefinida promesa de cambio y respalda a esos dinosaurios que hoy le prometen la mentirosa ilusión de nuevos y mejores días. (O)

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