Como crónica anunciada, por primera vez en la historia, un escritor que jamás escribió en francés, ingresa en la Academia de Francia. En abril del 2022, a sus 86 años, Mario Vargas Llosa, venció al Covid y sin duda escribirá el epílogo de la novela rosa y superará su ruptura sentimental con su compañera de los últimos ocho años y ahora soltera de oro.
El peruano, nacionalizado español, fue por aclamación elegido académico francés el 2021, cuando tenía 84 años, poco menos de diez años más de lo administrativamente «legal». Esta vez, con sus hijos Alvaro, Gonzalo y Morgana, con quienes también estuvo distanciado y su ex esposa Patricia Llosa, como un puño, compartió este ingreso.
El escritor hispano-peruano Vargas Llosa, nacido en Arequipa, Perú, no es a la primera academia a la que ingresa, ya lo hizo en 1977 a la de Perú y desde 1994 también pertenece a la Academia Española. Hace pocos días, se convirtió en el primer autor en lengua no francesa que accede a esa institución, fundada en 1635.
Pero no todo es pétalos de rosa para el autor de’’ El Chivo’’. Algunos intelectuales franceses muestran su rechazo al ingreso de Vargas Llosa en la Academia Francesa de la Lengua debido a las posturas políticas del escritor -cercanas a la extrema derecha-. En una tribuna publicada en el diario Liberation, los firmantes expresan su "estupefacción" por la inclusión del Nobel de Literatura de 2010 en el selecto grupo de "los inmortales", que deben velar por el lenguaje francés. "Esta decisión presenta graves problemas éticos", dijo el quinteto.
Quienes suscriben la misiva, consideran que incluirlo en la Academia "mancilla la imagen de Francia en América Latina, donde sus posturas extremistas son bien conocidas y suscitan un fuerte rechazo".
Su ingreso entre los defensores de la lengua "amenaza con legitimar posturas que pisotean los valores de la democracia a los que Francia quiere asociarse, como la libertad de expresión, la aceptación de resultados de sufragios y el derecho a defender causas sin arriesgarse a perder la vida", agregan.
Residente en Madrid, Vargas Llosa hizo en su discurso de ingreso una loa excepcional de la lengua y la cultura francesa: «Cuando aprendí el francés y a leer literatura francesa comprendí que, en el fondo, deseaba llegar a ser escritor francés.’’ Estaba convencido qué quería ser escritor porque la literatura francesa fue y sigue siendo la mejor. La más audaz, la más libre, la que es capaz de construir mundos a partir de escombros humanos, la que pone orden y claridad en la vida de las palabras, la que rompe con los valores existentes, la que desobedece a la actualidad, la que regula los sueños de los seres humanos». ‘’Yo quería ser escritor y por eso soñaba con Francia y París’’. Auténtica declaración de amor a la literatura francesa.
Vargas Llosa confiere a la razón y calidad presumida a la lengua y la literatura francesa esta misión universal: «La literatura puede salvar el mundo, proteger nuestro pequeño planeta, que la locura humana ha sembrado con bombas atómicas, suficientes para hacerlo desaparecer... Nada hubiera sido posible sin la libertad que Francia ha acompañado de manera permanente. Ningún país como Francia ha vivido esa libertad, autorizándonos todos los excesos literarios y de otra naturaleza.
Francia, antes que ninguna otra nación, ha incorporado esos valores a la literatura y la vida misma. De ahí que Francia haya explorado y visto nacer todas las corrientes de la vida y la literatura que exploraban las luces y sombras, los reductos más rebeldes de la personalidad, como el dadaísmo, el freudismo, el surrealismo, con sus diversas escuelas y tendencias».
La crema y nata de intelectuales españoles acompañó al último superviviente de la generación del "boom" latinoamericano, al ser autor de novelas que marcaron las letras hispanas del siglo XX, como Conversación en la catedral y La ciudad y los perros, mientras la plana mayor de la Académie, encabezada por su secretaria perpetua, Hélène Carrère d' Encausse, y el escritor Daniel Rondeau, elogió al nuevo académico: «Querido Vargas Llosa, sea usted bienvenido, entre otros, en la tribu de los efímeros inmortales».
Me atrevo a afirmar qué, muchos de sus lectores separamos su obra literaria de sus ideas políticas, con las cuales muchos podemos discrepar. Sin duda a nivel académico y editorial lo ha conseguido todo. ¿Sería conveniente qué en un futuro cercano, el ‘’inmortal’’, pensara en retirarse? ¬