El presidente Obama, con amplio apoyo de los representantes republicanos y demócratas del Congreso de los Estados Unidos, acaba de firmar una ley que es un reconocimiento público, prácticamente un juramento ante notario, que declara una guerra secreta conspirativa contra todos los países, en especial los de Latinoamérica y el Caribe, que tienen relaciones con la república de Irán. ¿Guerra avisada no mata gente? ¿Es una ley que tiene límites? ¿Está en peligro la vida del presidente Rafael Correa como lo afirma el periodista chileno Patricio Mery Bell? Ante tan grande amenaza pública y tenebrosos presagios, todas las medidas de seguridad que se tomen son necesarias e insuficientes.
¿Cuál es la principal acusación contra Irán? Que puede estar desarrollando armas nucleares. Irán siempre lo ha negado. La situación real es que Irán tiene una política internacional independiente de los Estados Unidos, sus aliados europeos y árabes. Sus verdaderos problemas son dos: su inmensa riqueza petrolera, verdadera tentación a las voraces empresas transnacionales norteamericanas y europeas, y su ubicación geoestratégica al controlar en parte el estrecho de Ormuz por donde sale el 20% del petróleo mundial.
La mayoría de los iraníes, el 51%, es persa; azerí, 24%; kurdo, 7%; y otros. Por cerca de tres milenios ha sido un pueblo singular, con una sólida identidad cultural e independencia. Fueron conquistados: por Alejandro, seléucidas, romanos, árabes, mongoles, portugueses, rusos e ingleses y luego continuaron su marcada individualidad cultural. Irán mantiene una política internacional independiente desde 1979 en que inició la revolución islámica encabezada por el ayatola Jomeini.
Como lo señaló el editorial del diario Expreso, el 26-12-2012: “No es aceptable que la conducción de la política exterior de cualquier país se someta a presiones externas, cualquiera sea su naturaleza, y que ella dependa de la calificación, circunstancialmente atribuida, a su relación con terceros países por parte de la potencia hegemónica”.
Que se esté o no de acuerdo con Irán es una opinión y decisión personal que debe ser respetada. La política internacional y sus relaciones con Irán de parte del Gobierno Nacional presidido por Rafael Correa tienen el respaldo mayoritario del pueblo ecuatoriano, en varios mandatos electorales. Es una decisión interna soberana de acuerdo a los principios del derecho internacional. Las decisiones contra el Ecuador son y serán agresiones externas ilegítimas e injustas.