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El Telégrafo
Bernardo Sandoval

La educación como política de Estado

20 de febrero de 2022

 

Es una obviedad absoluta que la educación es lo que sacará a los pueblos del subdesarrollo y los llevará a mejores horizontes.  Sin embargo, en Latinoamérica y, en el Ecuador, no avanzamos en desarrollar una educación de calidad.  Si comparamos a América Latina con otras regiones veremos que estamos en una situación precaria.  Los resultados que representan la forma más razonable de medir la calidad de los procesos educativos, demuestran que, entre un grupo de 77 naciones de América, Asia y Europa, Chile es el país latinoamericano mejor ubicado en el puesto 43, en lo que se refiere a lectura y en el puesto 45 en ciencias.  Por otro lado, Uruguay es el mejor de los latinoamericanos en matemáticas, ubicándose en el puesto 58.  Estos resultados corresponden al Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes, conocido como PISA por sus siglas en inglés.  Este programa evalúa a estudiantes de secundaria que tienen quince años, es decir, en promedio, dos años antes de terminar la educación media.  Ecuador participó en 2017 en esta evaluación y los resultados fueron muy malos, apenas mejores que los de Honduras, Guatemala y Paraguay.

 

Para saber cómo evolucionamos es imperativo que Ecuador participe sistemáticamente  en estas evaluaciones y, de acuerdo con los resultados, poder determinar si las políticas de educación están funcionando.

 

Contrastando con los resultados de Latinoamérica, en las tres esferas del conocimiento que se evalúa: lectura, matemáticas y ciencias; los países del lejano oriente tienen un liderazgo inobjetable.  China, incluyendo a Hong Kong y Macao, Singapur, Taiwán, Corea del Sur y Japón están en los primeros lugares.  Otros países destacadísimos y que siguen en la lista de calidad son Estonia, Finlandia, Irlanda, Países Bajos y Polonia. Estos países han mostrado un compromiso absoluto con la educación y la ostensible expresión de su desarrollo se sustenta en la educación.

 

Hace algo más de diez años, el periodista Andrés Oppenheimer escribió un libro, a la manera de un ensayo vivencial pues él viajó y entrevistó a los actores de las políticas educativas en diversos países del mundo.  El libro, “Basta de Historias”, expresa nítidamente la realidad que constatan las pruebas PISA y revela cómo la importancia que le dan ciertos países a su educación explica su notable desarrollo y calidad de vida.

 

Mientras el Ecuador no desarrolle una política de Estado en educación, involucrando a cien de los mejores educadores, psicólogos y sociólogos, que se construya para una aplicación planificada de cincuenta años, no podremos acceder al desarrollo, como nación.  Si el gobierno actual logra consolidar dicha política de Estado para la educación, habrá hecho una obra monumental, aunque los resultados no se vean inmediatamente. Ojalá lo consideren. 

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