Es de justicia recordar circunstancias que explican la posición de Ecuador en esta eliminatoria. Perdimos con Argentina 1-0 en Buenos Aires con un penal inventado por el chileno Roberto Tobar. Perjuicio para Ecuador, aunque hay que reconocer que la barrida de Pervis Estupiñán fue imprudente. Mal arbitraje que nos quitó un punto. Con Brasil, perdimos de visitante. El VAR, en ese partido solo sirvió para beneficiar a Brasil, incluso hicieron repetir un penal que Neymar había fallado. En las jugadas polémicas que pudieron hacer justicia para Ecuador, el VAR no fue revisado.
Con Perú, en Quito, dominamos absolutamente. Los goles vinieron de groseros errores de la zaga ecuatoriana por el sector izquierdo en donde Pervis Estupiñán, mal ubicado, perdía balones y no alcanzaba a regresar. Con Chile, de locales, un partido parejo y de calidad, en el mejor momento de Ecuador, Junior Sornoza comete una falta absurda e irresponsable que determina su expulsión y la imposibilidad de ganar. Finalmente, con Uruguay, un atraco arbitral descomunal. Dos patadas arteras en contra de Gonzalo Plata, perpetradas por los uruguayos Bentancur y Nández, apenas recibieron tarjetas amarillas cuando merecían la roja directa. Una falta clarísima del uruguayo Giménez en contra de Michael Estrada que debió ser penal, fue ignorada por los árbitros. Las tres jugadas debieron ser revisadas por el VAR. Tamaña ignominia fue la responsabilidad compartida de los brasileños Anderson Daronco y Rodolpho Toski cuya mentalidad parece más apropiada para ser árbitros en la jaula de artes marciales mixtas (MMA) que en una cancha de fútbol. No puedo dejar de comentar que, nuevamente, el gol del rival, en el último partido con Uruguay se origina en el lado izquierdo de la zaga, abandonado por Pervis Estupiñán, que llega tarde a cortar el centro.
Tengo mucha fe en la calidad del equipo ecuatoriano y en la inteligencia y conocimiento de Gustavo Alfaro. La camada de talento joven en el Ecuador es impresionante: Castillo, Caicedo, Hincapié, Méndez, Franco, Plata, Torres, Cifuentes, Corozo, Estrada, Angulo, Palacios, Campana, todos ellos con edades entre 19 y 25 años. Nunca hemos tenido tanto talento juvenil concentrado en la selección nacional.
Es la hora de que el presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol proteste con toda la energía ante la Conmebol frente a los horribles arbitrajes que han perjudicado a nuestra selección. ¡Ya basta! Es una cuestión de dignidad. Cuando a Messi le golpean contra Venezuela, no hay una sola duda para revisar el VAR y, correctamente, expulsar al zaguero infractor. Cuando a Gonzalo Plata casi le fracturan la pierna, dos veces, nada. ¡Claro, hay que proteger a los brutales agresores porque son de Uruguay, camiseta más pesada que la ecuatoriana! Arbitrajes ruines y mañosos.
Si los próximos arbitrajes son dignos y si Gustavo Alfaro se decide por Diego Palacios para lateral izquierdo creo que tenemos firmes posibilidades de clasificar.