La prensa argentina demandaba que nuestra respuesta sea de reprobación total cuando nos preguntaba por qué Jefferson Montero no estaba jugando en Europa. Una y otra vez durante el partido frente a su selección los periodistas se dirigían hacia los ecuatorianos en búsqueda de respuestas sobre el domicilio futbolístico actual de Montero, querían que disparemos sin pasión contra los empresarios que lo manejan, su sorpresa era sincera, el ‘dribbling endiablado’ del futbolista ecuatoriano deslumbró a algunos críticos argentinos que llegaron a Nueva Jersey para cubrir el partido entre Ecuador y Argentina.
No fue solo el rendimiento de Jefferson Montero el que dejó cosas muy claras aquella fría noche de viernes en EE.UU., hubo mucho más para preguntar y evaluar.
Erazo de pronto cosechó algunos problemas en la salida, marca muy bien, llega a tiempo a sus espacios y es efectivo en la dirección que le da a sus rechazos vía aérea, pero tuvo 2 partidos donde su promedio de bolas perdidas y entrega errónea subió a un nivel desconocido por él, una mala imagen de alguien que ha sido consistente y que será el titular sin duda en ese puesto.
Jorge Guagua sigue siendo el que juega para cubrir puestos, cumple, pero tiene tantos detalles que son (y serán) siempre señalados; mano a mano, completamente de frente con el atacante es un defensa sólido, el problema es cuando lo mueven hacia los lados y la sobriedad varía.
Paredes sigue siendo acelerado, con pasión hacia la salida y búsqueda del desborde, no tiene miedo de ir hacia adelante y muchas veces parece que no entiende que si tiene una masa corporal frente a él será difícil que la pelota pase; es valiente, no tan seguro en la marca, pero su actitud de buscar acciones y defender -por momentos algo atolondrado- lo han hecho ganador del puesto, por su entrega y ganas. Lejano está de ser el futbolista que a mitad de año no generaba mucha admiración por sus partidos con Barcelona.
Walter Ayoví se acerca a su partido 100 con la selección (cumplió el 90 contra Honduras), derrocha experiencia y juega con una calma y clase que saca aplausos de las galeras más exigentes. Castillo sigue siendo un bloque de concreto, chocar con él es asegurar algunos moretones, no tiene una movilidad envidiable, pero es bravo para jugar y necesario en el equipo. Valencia y Noboa están a punto, jugando con clase, inteligencia, velocidad física y mental... listos para el Mundial y rendir si el partido fuera mañana.
Montero está a punto de firmar contrato para convertirse en monstruo del fútbol; más efectividad y mejor elección al terminar la jugada... y el ascenso a la categoría superior del balompié mundial está garantizado.
Enner Valencia aseguró no solo su boleto a Brasil, sino que hasta podría estar peleando la titularidad del día que Ecuador debute en el Mundial. El 2014 lo verá jugando en otro país. Jaime Ayoví está todavía buscando calibrar su mira goleadora, los goles que falló contra Honduras son los que no regresan y dan sello final a resultados que luego se lamentan. Tiene tiempo para trabajar y ser más que importante en esta selección. Fidel Martínez sigue todavía queriendo demostrar las razones por las cuales fue llamado, casi que por petición popular; tendrá más partidos, jugará más, pero a fecha de hoy no lo veo con cupo garantizado a Brasil. Joao Rojas tiene tiempo que no ofrece un buen partido para la selección (¿Lo hizo alguna vez?, ¿jugó un buen partido con el equipo nacional?). Su estatus de delantero que sale de la banca no evolucionó, así como tampoco se vio afectada su convocatoria constante. A Rojas le falta todavía ese gran partido con la selección. Felipe Caicedo luce fuera de ritmo, no se enchufa tanto y juega mucho de espaldas al arco usando su talla y fuerza (forma de jugar que no le ha dado resultados últimamente). Sin embargo, Felipe es de esos jugadores que dan garantías de recuperación; Caicedo tiene todo para ser el Carlos Tenorio de Alemania 2006. Ibarra recibió un partido como titular y no superó lo que hace en cancha cuando salta de la banca. Es muy rápido y sabe esperar el momento indicado. Domínguez sigue siendo un arquero en constante ascenso; se puede ver que tiene todavía más que ofrecer, por arriba sabe cómo jugar y su entrega es completa en los juegos.
En conclusión, la selección está en etapa de ajuste y adaptación, con potencial y licencia para sorprender a quien sea... Igual, a Rueda no lo aplaudirán tanto... ¡Qué injusto!