En tiempos cuando el fútbol es el deporte estrella de las grandes masas en el mundo, con alrededor de 270 millones de personas involucradas, el seleccionado adulto del Ecuador marcha tímidamente por los caminos de la actividad que emociona a las naciones del orbe.
A un costo de miles de millones de dólares, actualmente se mantiene aquella pasión irrefrenable por el fútbol en el mundo, que ha convertido a sus estrellas internacionales en verdaderos ídolos de multitudes, llevándolos a integrar el dorado grupo de los hombres más ricos del planeta. ¿Cuándo y dónde nació el triunfante deporte del fútbol? Se sabe que surgió en las Islas Británicas durante la Edad Media, con la influencia de deportes similares practicados en otros pueblos, tan lejanos como China (ya desde los siglos II y III), Japón 5 ó 6 siglos después, Roma y Grecia, con juegos parecidos que fueron introducidos en las Islas Británicas entre los siglos 700 y 800, así como las civilizaciones aborígenes de América, Alaska, Oceanía y Groenlandia, donde se practicaban deportes como el balompié, que oficialmente nació en Inglaterra en 1863, año de fundación de The Football Asociation.
En cuanto a nosotros, ¿por qué nos hemos ubicado tan mal en los recientes torneos internacionales? La selección ecuatoriana despertó de su letargo luego de un valioso proceso desarrollado años atrás y que incluyó la intervención de médicos, dietistas, deportólogos, sicólogos, motivadores y directores técnicos, entre ellos Draskovic y Maturana, hasta llegar a Hernán Darío Gómez, quien logró una completa empatía con los jugadores de la selección nacional, que llegó en dos ocasiones a los mundiales de fútbol.
Sin embargo ahora languidece con actuaciones demasiado pobres. El adolescente ecuatoriano-español de 14 años, José Gabriel Pérez Eguiguren, desde hace algunos años miembro destacado de un cuadro de reserva juvenil del Real Madrid en España, me explica su propia opinión a la que me sumo: “Al equipo ecuatoriano lo conforman muy buenas figuras y debería obtener excelentes resultados. Yo creo que la falla se encuentra en el acoplamiento de los jugadores. El director técnico debería integrarlos como una verdadera familia, en la que cada uno cumpla su propia función de manera coordinada con el resto”.
A lo que yo añadiría que, en un asunto tan importante, el Estado debería tener una injerencia mayor, pues en esto se encuentra comprometido el honor y la imagen del país. Conviene advertir que existen varias razones para la desmejorada condición del equipo ecuatoriano: a) Falta de una selección auténtica de los componentes del cuadro ecuatoriano, en el que no están todos los que son ni son todos los que están, debido a que en el equipo hacen peso los intereses en juego de los dirigentes, esto es sus propios compromisos; b) Carencia de honestidad en el comportamiento de algunos jugadores, que por simple envidia y egoísmo no perfeccionan la jugada pasando la pelota al compañero adecuado, perdiendo a propósito una buena oportunidad de gol ecuatoriano; y c) Ausencia de amor y orgullo patrio por parte de dirigentes, técnicos y futbolistas, condición que les impide esforzarse permanentemente poniendo en juego alma, mente y corazón.