Hace pocos días llegó a su fin la vida de Enrique Dussel Ambrosini, historiador y filósofo argentino - mexicano, perteneciente al período “clásico” de los intelectuales latinoamericanos, que condensaron el proceso de la Modernidad, produjeron pensamiento crítico y ejercieron el sacerdocio del humanismo dialéctico y comprometido. Dussel propuso la descolonización del pensamiento: señaló que las categorías eurocéntricas sesgan la comprensión de otras culturas de manera distinta. Además de la cultura latinoamericana, Dussel estudio profundamente el “Humanismo semita”.
Los intelectuales críticos no son un fenómeno común, sino expresión de determinadas culturas y períodos. Su característica esencial es pensar el mundo, proponer formas de reflexionarlo, de problematizarlo y crear respuestas usando solo y básicamente la capacidad humana. Por lo general, los intelectuales del siglo XX y más, se comprometieron con el proyecto de la liberación del hombre y avisaron que la devoción por la ganancia, distorsionaría al mundo y sustituirían a todos los dioses, provocando el extravío de las masas. Los intelectuales fueron y son (los que quedan), quienes luchan por el proyecto humanizador, que está siendo abatido por el capitalismo tecnológico y “salvaje” asimilado por las masas enajenadas adoradoras del dinero y su acumulación desmesurada, sin mediar trabajo digno.
Hemos llegado a un punto en el que los pregoneros de la tecnología -asunto de mercado-, buscan persuadir al mundo de la inferioridad del sistema cognitivo y creativo humano. La inteligencia artificial es acogida con fe, bajo el criterio de que no solo resuelve problemas operativos, sino que será más creativa y mejor que el hombre a la hora de tomar decisiones políticas, usando la Big Data.
El avance de la tecnología que combina datos, ahondará la crisis de la intelectualidad y los intelectuales, luz del proyecto humanista milenario. Prestando el concepto de Bauman, aparecerán intelectuales líquidos o agentes que simularán la intelectualidad. Tengo esperanzas de que eso no suceda, haya relevo y pocos intelectuales genuinos persistan en el camino de la crítica, el arte y la reflexión. Estos intelectuales sobrevivientes serán los que encuentre el nuevo camino de la humanidad guiado por el principio de la vida y una nueva utopía movilizadora. Buen viaje Dussel.