Ha pasado ya el ruido de las fiestas de fin de año en la ciudad y el sol de la mañana nos invita a todos a iniciar el nuevo año con renovación y fortaleza. Me reúno con el Dr. Bolívar Cali Bajaña, en una cafetería para simplemente conversar y encontrar el tiempo que se va de nuestras manos por el transcurrir de la vida. Sentado frente a mí está un árbol antiguo de extraordinario porte, que ha conservado su madera perfumada y elegante. Su sonrisa sin culpa, no oculta nada. Mira de frente y te domina con su mirada de fuego bondadoso que arde para las ollas gigantes que dan de comer a un batallón.
El Dr. Cali Bajaña fue Alcalde de Guayaquil desde enero de 1982 hasta 1984. Es un guayaquileño auténtico, un pensador de Guayaquil, que se acuesta y levanta amando a su ciudad. Desde la política, la cátedra universitaria, en su labor de padre laborioso y honesto, esposo y amigo, siempre ha tenido a la patria como un compromiso para servirla. Nunca deja de ver la vida como una oportunidad de ofrecerse y ayudar a los demás.
Posee una memoria prodigiosa que recuerda cada detalle de las incontables jugadas políticas que siempre han caracterizado el convivir nacional. Ha vivido todos los tiempos de inestabilidad en el país y señala con mucha cordura: “Que Moreno terminará su periodo y que está demostrando una gran habilidad para gobernar”. Me dice que “el poder es una enfermedad de la cual hay que salir vivo y prudente” y se enorgullece de que Guayaquil esté lista para sus festejos de los 200 años de independencia. “Es en el 2020 la conmemoración y quiero estar”, me dice. “Voy a estar”, indica.
Bolívar Cali representa la decencia política. Siempre ha ejercido la coherencia política y en todos los actos de su vida también está expresada la grandeza de su mente y de su corazón. Su hijo Héctor Cali, ha heredado su ejemplar vida de batallas y triunfos.
Hay seres que son grandes siempre: desde que nacen y en todo el transcurrir de su vida. La vida grande manifestándose en la vida desprendida y llena de gloria como la del Dr. Bolívar Cali Bajaña. Un guayaquileño ejemplar, grande. Mi homenaje al amigo y Alcalde por siempre de Guayaquil. (O)