Conozco en las actividades periodísticas al Dr. Henry Cucalón desde su labor desempeñada como secretario municipal de Guayaquil. Pulcro, científico en la interpretación y ejecución del derecho: exacto, dinámico, nunca dormido siempre despierto en las trascendentales labores encomendadas.
Luego como asambleísta y su aporte en derecho en las discusiones legislativas. Ahora en sus funciones como ministro de Gobierno y el papel que cumplió en el manejo de la crisis del juicio político y la posterior decisión de implementar la muerte cruzada. Siempre está en acción, Henry. Nunca pasa desapercibido. Es líder innato y tiene tras de si toda la experiencia del pensamiento político guayaquileño.
Henry Cucalón, gran guayaquileño. Es un caballero, un hombre de decisiones y fortalezas.
Henry entró al Ministerio de Gobierno a enfrentar la dureza de la situación. El Gobierno había perdido la consulta y el exministro Jiménez estaba perdido y sin ver lo que se venía. Así apareció Henry Cucalón acompañado de su gran experiencia política y de su gran olfato a enfrentar lo que venga. Se asentó inmediatamente en el cargo y empezó a lucir y destacarse como un hombre fuerte que es hábil y disciplinado. Le dio coherencia y liderazgo al Ministerio de Gobierno y con esa energía mostró su capacidad política innata y su fuerte formación académica y profesional.
Bien, Henry. Nada fácil tus funciones. Buen trabajo ministro. Usted tiene buen viento.