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El Telégrafo
César Hermida

Don Quijote y Sancho

02 de enero de 2016

En un artículo de investigación sobre alimentación y metabolismo enviado a una revista internacional se incluyó la observación de que la gente pobre tiene la tendencia a quedarse de talla corta y que su mala dieta, por pobres que fueran, les volvía gorditos a muchos, de abdomen prominente, como Sancho Panza, mientras aquellos que se criaban en ambientes propicios, con dietas moderadas, eran altos, flacos, como Don Quijote. También se señalaba en el artículo que los dos prototipos tenían sus obvias diferencias en el sentido de que los pequeños y gorditos son pragmáticos, realistas, mientras los delgados y altos son más idealistas, soñadores, intelectuales. Y se puntualizaba que las dos figuras de Don Quijote y Sancho ejemplificaban y simbolizaban estas observaciones. Uno de los pares a quien la revista encargó la lectura y observaciones del artículo, comentó, acremente, que las referencias a la literatura de ficción no tenían razón de ser en un artículo científico. Como el autor se opusiera a eliminar las alusiones, el artículo no se publicó, pero él inició una colección de criterios calificados que abogan porque la ciencia tome más aportes del arte, y viceversa.

La genial creación de los dos personajes de Cervantes muestra las diferencias en el campo metabólico y lleva, además, a otras reflexiones o inquietudes científicas, como que Don Quijote, a diferencia de Sancho, no tuvo mujer e hijos sino solo la imaginaria Dulcinea. Desde luego las tendencias no son ni parcial ni totalmente matemáticas, pero los fenotipos (la apariencia) están muy ligados a los genotipos y biotipos adquiridos.   Otra reflexión sobre la obra de Cervantes es la relativa al trabajo, al lujo que pueden darse los dos saliendo a sus aventuras sin que el lector se explique cómo, en el territorio plano y seco de La Mancha pueden producirse los requerimientos materiales mínimos para la vida. Y, así mismo, la ausencia del Estado, ciertamente feudal, pero Estado al fin, con sus autoridades, sus leyes y servicios. Cervantes vivió graves limitaciones económicas y hasta fue apresado en su propio país, por deudas, pero estas propias vivencias no aparecen explícitas en la obra.

La genial novela, conocida y reconocida en todo el mundo, y su lengua y cultura, es uno de los componentes básicos de una vertiente de la identidad ecuatoriana, que proviene del loco y soñador Quijote y del pragmático y realista Sancho.   Al final, en esa vertiente, el Quijote vuelve a la realidad, como el Sancho se inicia como soñador. (O)

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