Dicen que el césped siempre luce más verde en la vereda de enfrente. También aplica este adagio en educación. Para progresar es parte del plan no solo sobrepasar barreras sino fronteras.
Una vez de ver posibilidades dentro del país, todo el proceso que esto conlleva, y las probabilidades de efectivamente entrar a estudiar, siempre es una opción ver la vereda de enfrente. Y cuando esa vereda esta tan enfrente como Ucrania, vale tomarlo como una opción seria y factible.
Tanto así que, según datos del gobierno, 850 ecuatorianos están (o estaban) estudiando en Ucrania. Vienen viviendo un mar de emociones, desprendidos de sus familias, aprendiendo el idioma y adaptándose a costumbres muy distintas a las nuestras. La guerra ha mermado sus planes, nadie planifica obtener un diploma en medio de una guerra.
Mucho se oye de los efectos económicos de la brutal e inhumana invasión de Rusia a Ucrania. Se habla del banano, del camarón, del petróleo, el gas, las rosas, entre otros. Si bien son indicadores reales, también son del cortísimo plazo. Pero el impacto que puede llegar a tener una guerra en el proceso de aprendizaje de un pueblo, solo lo podemos ver varios años después. El retraso en educación tiene efectos devastadores, pero se perciben en el largo plazo. Es como los felinos cazadores, no se dejan ver sino cuando tienen a su víctima a pocos metros.
Para compararlo con hechos reales y recientes, es como que la pandemia del covid-19 haya durado 2 o 3 años. Y no me refiero al proceso post pandemia, imagínense un encierro de 3 años, así. Vivir con miedo, saltando de ciudad en ciudad, donde el único denominador común es la incertidumbre.
Miles de jóvenes están viviendo esta incertidumbre. ¿Me podré graduar? ¿Obtendré mi diploma finalmente? ¿Volveré a clases o dejamos mejor todo atrás y volvemos a empezar de nuevo? ¿Qué hago con esa vida que la vi venir tan de cerca?
Empezaba a dominar el idioma y me tengo que ir ¿Habrá valido la pena realmente este esfuerzo?
Yo repito siempre a los estudiantes que no hay tiempo perdido cuando se estudia algo, lo que sea. Si quieres cambiar de planes, los cambias; y si la vida te obliga a hacerlo, toca cambiarlos con buena actitud. Esa experiencia habrá valido cada minuto.
Esperamos que todos los 850 estudiantes retomen sus estudios, su vida y logren el diploma ucraniano. Y ojalá, regresen al país, y ojalá el país esté a la altura de darles las condiciones para que esto se dé.