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El Telégrafo
José Gonzalo Bonilla

¿Dios está cruzado de brazos mirando para otro lado?

26 de marzo de 2022

“Sin novedad en el frente”, de Erich Maria Remarque, es un libro que alcanza a ser la antología histórica de la crueldad a la que puede llegar el ser humano. Luego de leerla, el mundo entero pensó que eran hechos irrepetibles. Pero no fue así. La televisión ha transmitido imágenes inéditas de lo que puede alcanzar a ejecutar la maldad humana.

Con el fin de la Unión Soviética, "la mayor catástrofe geopolítica del siglo" según Putin, la finalización la Guerra fría y la caída del muro de Berlín, tan solo se produjeron enfrentamientos focalizados: la guerra en Yugoslavia, la invasión norteamericana en Irak y Afganistán. Pero la Paz global desde aquel entonces parecía ser el vaticinio cumplido por el filósofo alemán.

El historiador Yuval Noah Harari ha sentenciado que Putin puede haber ganado varias batallas, pero perderá la guerra. El presidente Zelensky ganó al presidente ruso en propaganda, comunicación y liderazgo. Con su figura logró consolidar la unidad nacional ucraniana y la admiración y respaldo a nivel mundial. Hoy vemos un país unido dispuesto a enfrentar a la poderosa Rusia hasta las últimas consecuencia. El respaldo logrado es una fehaciente prueba de que hay un pueblo europeo y que Putin no ha logrado ni logrará destruir Europa ni crear un nuevo liderazgo geopolítico. Es imposible que resucite la Unión Soviética.

Siguiendo la misma línea del historiador israelita, Putin puede haber fracasado al interpretar de manera errónea la resistencia popular como una adhesión a los lineamientos de Occidente. El pueblo ucraniano lucha por unos principios por una historia común propia y que quieren mantenerla como suya.

Otro de los fracasos de Putin fue su error de cálculo. El presidente ruso siempre consideró que el pueblo ucraniano era un pueblo difícil de autogobernarse, gracias a ello, él declaraba que tomarse Ucrania le tomaría menos de una semana. El conflicto ya está cerca de cumplir un mes y el fin de la guerra aún no se la avizora.

Que Rusia pierde la guerra no significa que Ucrania sea la vencedora. El país queda devastado, millones de ucranianos en el exilio, pueblos y ciudades arrasados. No sabemos cuándo finalizará la guerra o cuándo podría incendiarse la mecha de una tercera guerra mundial.

De lo único que podemos estar seguros es que Dios está cruzado de brazos y mirando para otro lado.

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