Desde la llegada de Mauricio Macri a la presidencia, las emisiones de deuda totalizaron $ 132.969 millones. De ese total, el Tesoro Nacional emitió $ 108.173 millones ($ 76.032 millones fueron en moneda extranjera), las provincias $ 12.336 y las empresas privadas $ 12.459 millones.
En el mismo período se fugaron $ 82.087 millones, salida que supera toda la emisión en moneda extranjera del tesoro nacional. Los datos surgen del relevamiento que todos los meses lleva adelante el Observatorio de la Deuda Externa de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo.
Según cifras de Bloomberg, Argentina es el mayor emisor de deuda soberana para el período 2016-2018 cuando se lo compara con sus pares emergentes en lo que hace a emisiones de deuda en moneda extranjera. A su vez, debido a las nuevas emisiones el peso de los vencimientos de capital e intereses, en pesos y dólares, es cada vez mayor.
La emisión desenfrenada de deuda es el principal salvavidas que encontró el Gobierno para mantenerse a flote mientras el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos se profundiza. De $ 132.969 millones emitidos por Argentina durante el gobierno de Macri, el 81,3% corresponde al Tesoro Nacional. A su vez, de esos $ 108.173 millones, $ 59.454 se emitieron en moneda extranjera y bajo legislación extranjera, el 70% del total.
Las nuevas emisiones en moneda extranjera realizadas por la gestión de Cambiemos ya han impactado en el perfil de vencimientos de la deuda: en perspectiva agregada, la “nueva deuda” ya explica un 40% ($ 127.396 millones) del total de vencimientos de deuda pública para los años 2017-2047 en su conjunto ($ 319.122 millones).
A su vez, si se calcula la participación de los vencimientos de la deuda en moneda extranjera emitida por la gestión actual sobre los vencimientos totales de deuda en moneda extranjera, y excluyendo los años 2039 en adelante donde dicha participación es cercana al 100%, se obtiene que los años más resentidos por las nuevas emisiones de Cambiemos serán los años 2018, 2026, 2028 y 2036, donde la participación de la deuda nueva sobre la deuda total es superior al 60%. (O)