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El Telégrafo
Samuele Mazzolini

¡Despiértate Italia!

26 de enero de 2016

Un millón de personas llenaron casi 100 plazas italianas este sábado para que se ponga fin a la anomalía que aflige el Bel Paese en materia de derechos civiles: se trata del único país de Europa Occidental que aún carece de cualquier tipo de amparo legislativo que reconozca la unión entre parejas homosexuales. La movilización ‘Despiértate Italia’ fue convocada con el propósito de presionar el Parlamento para que ponga fin a este vacío legislativo y cultural. Muchos participantes hicieron sonar relojes y despertadores en referencia al lema de la marcha.

Quién sabe si los asambleístas italianos se darán por aludidos. Tras meses de arduo obstruccionismo en las comisiones, en estos días un proyecto de ley está por empezar la tramitación parlamentaria en la Cámara Alta, y se prevé un debate particularmente inflamado al respecto, al punto tal que aún no hay certezas sobre la aprobación del texto. La mayoría que apoya el gobierno de Matteo Renzi evidencia fisuras muy evidentes en su interior. Si bien ha sido el propio Ejecutivo en impulsar el proyecto, es posible que se necesiten los votos de otras formaciones políticas para que este se convierta en ley, aunque eso conllevaría sentar el antecedente de una ruptura de la mayoría de gobierno. Incluso dentro del mismo Partido Demócrata de Renzi, son muchos los exponentes de orientación católica que han avanzado perplejidades, amenazando con votar en contra si no se aportan modificaciones sustanciales.

El proyecto no es de los más avanzados, ya que no contempla una equiparación completa con el matrimonio. El punto más polémico y que corre el riesgo de ser aguado en el procedimiento legislativo es el tema de la adopción. El proyecto contempla que las parejas no podrán adoptar hijos externos a la misma, pero sí podrán hacerlo con hijos que sean de uno de los dos componentes de la pareja. Se trata, en pocas palabras, de extender la autoridad parental -aunque con limitaciones en cuanto al goce de algunos derechos- sobre el hijastro al padre no natural. No es lo ideal, pero en un contexto como el italiano, donde la influencia de la Iglesia y del acervo católico es tan penetrante, sería por lo menos un paso adelante.

No hay que cantar victoria antes del tiempo de todos modos. El próximo sábado será el momento del ‘Family Day’, manifestación de signo opuesto que intentará persuadir a los legisladores de mantener Italia en el obscurantismo. Cuentan con el aval del Episcopado italiano, que por enésima vez ha perdido la ocasión de no inmiscuirse en temas políticos, una actitud reprochada varias veces incluso por el papa Francisco. Este, sin embargo, ha expresado su opinión recordando que no hay que confundir la familia de Dios con otros tipos de uniones, recordando al mismo tiempo la necesidad de manifestar amor misericordioso hacia “aquellos que viven en un estado objetivo de error”. Una apertura muy sui géneris, hay que reconocer.

Pero el Papa se equivoca. La familia es una construcción social y cultural contingente que varía en el tiempo y en el espacio. Familia es ahí donde prima el amor entre personas y donde se forjan trayectorias de vida en común. (O)

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