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El Telégrafo

Desbordados por el “opio” mediático

22 de mayo de 2012

En una sistemática campaña de descrédito contra el Gobierno, los medios privados de comunicación social aprovecharon el accidente de la avioneta mexicana en suelo manabita para afirmar que últimamente el narcotráfico se ha desbordado en el Ecuador, que somos la guarida de todos los capos, que aquí se cultiva, produce, refina y comercializa prácticamente toda la droga que se consume en el mundo entero. Para ellos somos una “narco- república”. Y lo dicen con tanto entusiasmo como si se les cumpliera un macabro y tenebroso plan en marcha.

Para ellos, antes del gobierno de la Revolución Ciudadana, el Ecuador era un oasis paradisíaco. ¡Cuándo pues un ex gobernador manabita de Lucio iba a ser capturado con las manos en la masa, digo en la droga!; ni los “Reyes Magos” iban a ser condenados si solo traficaban bicarbonato.

Para los cínicos mediáticos nunca existieron tantos operativos con enormes cantidades del polvo maldito incautados y cientos de traficantes encarcelados. Con esta oportunidad mostraron una vez más su calaña de lacayos serviles del imperio, cuando le reprochan al Primer Mandatario por haber tomado la patriótica decisión de sacar de la base de Manta las tropas de ocupación.

Tienen alma de vasallos informantes del Departamento de Estado, rabiosos opositores políticos, que en su delirio por recuperar los privilegios de la pestilente partidocracia cometen la torpeza de afirmar que la nave siniestrada dizque fue detectada por radares en Colombia. ¿Y por qué no la interceptaron allá donde existen siete bases militares yanquis? Ineptos o cómplices.

Son evidentes los constantes operativos policiales que han resultado en la incautación de grandes cantidades del alcaloide y numerosas detenciones de sujetos que muy luego son puestos en libertad por sicarios judiciales que aún pululan deshonrando la toga, lo que justifica más aún la urgente culminación de la reforma judicial en marcha. Los mismos medios han dado cuenta de dichos operativos, claro, con el perverso ánimo de escandalizar con la cantaleta del desborde de la droga.

Tampoco puede negarse la existencia de tentáculos de poderosos carteles que han convertido a sectores estratégicos de nuestro territorio en zona de tránsito y procesamiento de droga, traída allende las fronteras vecinas y con destino allá donde se practica la doble moral de salir por el mundo disfrazados de moralistas, pero con el arma camuflada de la ocupación y el saqueo y el falso discurso de combatir su producción, mientras ellos aumentan escandalosamente el consumo.

Dicen que nuestros radares no detectaron la nave siniestrada. Pero cómo hacerlo, si volaba a escasos metros de altura precisamente para evadir los controles. Recordemos que ahora sí hay radares adquiridos por un gobierno responsable y patriota; antes no teníamos ni uno. A ratos lo que desborda es la estupidez convertida en eslogan de campaña.

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