El dengue es una enfermedad viral aguda, producida por un virus: el virus del dengue, transmitida por el mosquito Aedes aegypti, que se cría en el agua acumulada en recipientes y objetos en desuso. El dengue se encuentra en el grupo de enfermedades infectocontagiosas virósicas causada por un virus ARN perteneciente al género de los Flavivirus y a la familia de los Togaviridae (anterior grupo B de los Arbovirus). Se reconocen 4 serotipos.
El virus del dengue persiste en la naturaleza mediante un ciclo de transmisión hombre-mosquito. Luego de una ingestión de sangre infectante, el mosquito puede transmitir el virus después de un período de 8 a 12 días de incubación extrínseca dependiendo de la temperatura ambiental.
¿Cuáles son sus síntomas más comunes?
Fiebre alta.
Dolor de cabeza en la zona frontal.
Dolor detrás de los ojos que se exacerba con los movimientos oculares.
Dolores musculares y articulares ( “fiebre quebrantahuesos”).
Inapetencia y dificultades en el sentido del gusto.
Erupción de máculas o pápulas en tórax y miembros inferiores.
Aparición de náuseas y vómitos.
Dengue hemorrágico
El dengue hemorrágico (DH) es una complicación potencialmente mortal que se identificó por vez primera en los años cincuenta durante epidemias de dengue registradas en Filipinas y Tailandia. Hoy el DH afecta a la mayoría de los países asiáticos y se ha convertido en una importante causa de hospitalización y muerte en los niños de la región.
Esta afección ocurre cuando una persona contrae un tipo de virus de dengue diferente, después de haber sido infectado previamente por otro tipo en algún momento. La inmunidad previa a un tipo de virus del dengue diferente juega un papel importante en esta grave enfermedad. En todo el mundo se presentan más de 100 millones de casos de fiebre del dengue cada año y un pequeño porcentaje se convierte en fiebre del dengue hemorrágico.
Los síntomas iniciales de la fiebre del dengue hemorrágico son similares a los de la fiebre del dengue, pero después de varios días el paciente se vuelve irritable, inquieto y sudoroso. Estos síntomas van seguidos de un estado parecido al shock. El sangrado puede aparecer como manchas de sangre pequeñas sobre la piel (petequias) y parches de sangre más grandes bajo la piel (equimosis). Las lesiones menores pueden causar sangrado. El shock puede causar la muerte. Si el paciente sobrevive, la recuperación comienza después de un período de crisis de un día.
El diagnóstico suele ser difícil al principio y no se puede diferenciar del paludismo, la fiebre amarilla y la influenza, pero una vez que aparece el exantema que se asemeja a la rubéola, el diagnóstico suele ser fácil. Es característica la leucopenia (descenso de glóbulos blancos). Durante la fase aguda es posible aislar el virus de la sangre. Las medidas profilácticas incluyen control de mosquitos mediante mallas y repelentes de insectos. Los niños, los turistas y los viajeros suelen ser las personas más expuestas a la transmisión del dengue, y también los adultos que viven en zonas endémicas.