De acuerdo a su etimología, la democracia es el gobierno del pueblo. La mejor definición de democracia es la de Abraham Lincoln: “Democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.
Hasta el presente, casi en la totalidad de los países y comunidades, el pueblo no es el que se gobierna. El gobierno puede ser de una persona (monarca, tirano o dictador). Gobernada por un grupo (oligárquico, grupos económicos poderosos). Gobernada por la mayoría del pueblo.
A veces se escoge para gobernar a alguien que proviene de los sectores más pobres, pero gobierna al servicio de grupos y ricos. Lo más importante es que el gobierno sea para beneficio de todo el pueblo.
La historia universal es una larga lucha por conquistar nuevos niveles de libertad e igualdad en las sociedades. En la democracia griega las dos terceras partes de la población eran esclavos.
Por muchos siglos los países europeos fueron gobernados por monarquías y todavía quedan esas reliquias antidemocráticas. En África, muchos países son gobernados por tiranos nativos al servicio de transnacionales y gobiernos extranjeros que explotan y saquean sus recursos naturales y originan la miseria y migración de sus pueblos.
En la democracia norteamericana se utilizan múltiples mecanismos para que los negros y los de origen latinoamericano no participen en las elecciones. La historia latinoamericana y del Caribe está llena de caudillos y líderes autoritarios, apoyados por multitudes pobres y de escaso nivel educativo.
Jaime Roldós Aguilera, con su respeto al pluralismo ideológico, marcó un hito frente a las dictaduras. Rodrigo Borja aportó en la superación del analfabetismo educativo y político.
Solo una elevada educación integral de todo el pueblo, fundamentada principalmente en la ética, la moral y la cívica, garantizará un gobierno para el pueblo, mientras tanto, permanecerá engañado por los malos politicos y la manipulación de la propaganda. (O)