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El Telégrafo
Bernardo Sandoval Córdova

Democracia y confianza electoral

18 de noviembre de 2018

La vida democrática no está circunscrita a la posibilidad de elegir; su horizonte entraña el respeto a la ley y a las instituciones, la libertad de expresión y distintos niveles de participación ciudadana. En efecto, la democracia es más que celebrar elecciones y, no obstante, la elección es un elemento consustancial a la democracia que, obligadamente, debe tener la confianza de los votantes.

Desde el fin de la dictadura militar, en los años de democracia, hemos tenido diversas dudas respecto de los resultados electorales.

Durante los últimos diez años la mayoría absoluta de los consejeros electorales eran fervientes partidarios del Presidente de la República y, más aún, los presidentes de la función electoral eran inocultablemente correístas, tanto que alguno de ellos hasta fue objeto de una condecoración por parte del mismísimo Rafael Correa.

En el contexto de esta historia de incertidumbre respecto de la probidad de la función electoral, el Consejo de Participación Ciudadana transitorio nombró al también transitorio Consejo Nacional Electoral cuyo corto período debía, a través de resultados, cambiar la imagen de desconfianza por una de certidumbre.

En escasos tres meses los resultados fueron elocuentes. Se solicitó un examen especial de la Contraloría General del Estado para indagar lo actuado por el CNE desde 2011; se avanzó en la depuración del padrón electoral eliminando más de 130 mil registros anómalos; se generó un instructivo para postulación y verificación de requisitos de los candidatos al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social definitivo; se completó la inscripción de todos los partidos y movimientos políticos habilitados, seis meses antes de las elecciones; se restituyeron, legalmente, los derechos de participación política de Ruptura de los 25 y del Movimiento Popular Democrático; asignaron el fondo partidario permanente a los siete partidos políticos; se redujo en un 30% el presupuesto del proceso electoral, ahorrándole así, millones de dólares al Estado; se ha puesto en marcha un plan de seguridad informática y; plantearon propuestas de reformas importantes al Código de la Democracia.

Tarea titánica y fecunda la de este CNE transitorio que, liderado por Gustavo Vega, hombre inteligente, honrado y trabajador, en poquísimo tiempo dio muestras de patriotismo y conciencia cívica dignas de ser emuladas. (O)

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