Decenas de jóvenes han salido a las calles de Cuba pidiendo básicamente “libertad”. Las movilizaciones de jóvenes no sólo han ocurrido en Cuba, también en Estados Unidos, Hong Kong, Colombia y otros países pidiendo derechos e igualdad. Lo que ocurre en Cuba no es, por lo tanto, un fenómeno propio de ese lugar. No obstante, es noticia de primera plana debido a que la isla constituye un lugar geoestratégico disputado por potencias y porque su orden político socialista es dirigido por el Partido Comunista, con más de 60 años en el poder.
Los opositores al régimen de Cuba argumentan que en la isla la población no tiene libertades y que la gran mayoría adolece de pobreza. Para sobrevivir el régimen cubano realiza alianzas con potencias energéticas y protectoras, y facilita la salida de profesionales al exterior, afín de obtener remesas. En términos reales hay enormes carencias materiales, no obstante, los organismos multilaterales reconocen que en la isla no hay analfabetos ni desnutridos (UNICEF: 2011), dos indicadores de pobreza que están presentes en casi todos los países del mundo. Los dirigentes cubanos siempre han respondido que los límites materiales son causados por el embargo impuesto por Estados Unidos.
En cuanto a las libertades, el tema es más complejo. No existe libertad de propiedad ni financiera, el capital nacional es operado por el régimen, es decir, no hay banqueros ni banca privada que lo opere o especule. En cuanto a las libertades políticas es cierto que en Cuba predomina el Estado y que hay un partido único. No existe libertad ilimitada de expresión y hay mayores controles para la movilización hacia el extranjero, derecho que, dicho sea de paso, está igualmente regulado en todos los países.
Los socráticos decían que la libertad es el autocontrol de los instintos y el “dominio de sí mismo”. Ana Arendt señala que la libertad moderna “es sólo posible entre iguales, y la igualdad no es en modo alguno un principio universalmente válido”. Los jóvenes cubanos piden liberad, pero el problema de fondo es que aquélla es un mero anhelo, debido a que actualmente el sistema económico capitalista impone el dominio de facto del mercado sobre los humanos en todo el orbe mundial. No obstante, la libertad como derecho político, sí es un horizonte posible, si se tiene bien claro, en qué consiste.