Gran atención suscitó la noticia del encuentro entre el papa Francisco y el patriarca ruso Kiril, cumplido en La Habana. En la reunión efectuada después de 1.000 años del cisma que dividió al cristianismo, el prelado argentino expresó que Cuba está convirtiéndose en un punto de encuentro, ratificando lo dicho con oportunidad de su visita a la isla cuando manifestó: “Cuba es, geográficamente, un archipiélago que mira hacia todos los caminos (…), su vocación natural es ser punto de encuentro para que todos los pueblos se reúnan en amistad”, como lo recuerda el periodista Pedro Martínez Pírez al reseñar el histórico diálogo.
Entre los muchos comentarios que siguieron a esa reunión, no se ha profundizado en las razones por las cuales los altos prelados coincidieron en la tierra de Martí. Al hablar del difícil proceso que busca alcanzar la paz en Colombia, tampoco se han destacado los motivos para que las conversaciones entre el gobierno de ese país y las FARC se lleven a cabo en el espacio cubano. Hay una gran renuencia en reconocer que el Estado cubano mantiene una política exterior impecable, que le permite salvaguardar celosamente su soberanía en un marco de profundo respeto al resto del mundo. Tal actitud le ha permitido abrir y tener embajadas de países de todos los continentes que, en el marco de la ONU, han reconocido -más allá de las diferencias ideológicas y políticas- la justeza de las tesis cubanas en defensa de su independencia y derecho al desarrollo.
Con frecuencia leemos noticias referentes a pasos que dan los gobiernos cubano y norteamericano en el camino de normalización de sus relaciones. Pero la guerra mediática contra la Revolución dista de haber concluido y surgen nuevas amenazas. Se mantiene el bloqueo y el enclave norteamericano en Guantánamo; persiste el programa que favorece la inmigración irregular y la relación del exilio cubano con los grupos reaccionarios de cada país continúa provocando deserciones de médicos y deportistas o estigmatizando su presencia.
Por ello es necesario mantener la defensa de Cuba y su proceso. En ese contexto se llevará a cabo en Santo Domingo, República Dominicana, del 28 al 30 de julio, el VIII Encuentro Continental de Solidaridad con Cuba, convocado por los Comités de Solidaridad de esa república y de Puerto Rico, con el auspicio del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP). Los ejes de discusión y debates se centrarán en el análisis de los procesos regionales, la proyección de la solidaridad continental, el desarrollo de nuevas iniciativas para fortalecer la integración y la defensa de la soberanía de nuestros pueblos.
Lejano está ya el tiempo en que se asesinaba a sus diplomáticos y se incluía en listas negras a los que manifestaban su amistad hacia Cuba, a su Gobierno y sus grandes líderes. Se impuso la solidaridad y amistad que, con el triunfo de gobiernos progresistas, posibilitó su incorporación en todos los escenarios.
Pero la acechanza contra Cuba se mantiene. Al defenderla estamos también preservando nuestros propios derechos. (O)