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El Telégrafo
Duglas Rangel Donoso

Cuarentena

24 de marzo de 2020

Encerrados. Cumpliendo la cuarentena. Días interminables. Las horas nos hablan lento. En casa. Tratando de redescubrir mi dulce hogar: las paredes, las esquinas. Las claraboyas donde el demonio se duerme después de las 18:00. Recuerdo que a una casa así me trajo mi madre cuando nací un febrero de lluvia y luna llena. Me llevó a su cama y me daba su calor de madre. Arrullándome en su regazo. Tanta agua que ha corrido bañando mis recuerdos.

He pasado tanto tiempo ausente de mi casa: levantarme y regresar en la noche. Soy el gran ausente de la casa de mi familia. Presente por horas. Viviendo la vida afuera: ahora viviendo la vida adentro.

Estoy reconociendo mi casa. Apreciando el gran esfuerzo de mi esposa por mantener vivo cada espacio de esta casa. Aquí estoy protegido no solo del virus sino que estoy en la vida, manteniéndome vivo. Apreciando la alegría y gozo que me ofrece mi casa: el fluir de las emociones.

Gracias virus porque me has permitido recordar, darme cuenta que mi madre está viva, aunque ya no esté conmigo, pero está viva en el recuerdo de todo lo grande que hiciste para mantenerme con vida y crecer con el calor de la vida

La naturaleza necesitaba un equilibrio y recobrar su armonía. El coronavirus es un accidente de la naturaleza. La ley del accidente deteniendo el tiempo tal como venía sucediendo en manos de la voracidad china y el capitalismo voraz.

Mucho se dice si este virus es una creación humana o parte de la guerra entre potencias. No acuso de esta maldad a nadie. Propongo que es un accidente natural para recobrar el orden de todas las formas en la naturaleza. Y ha funcionado. Todos en casa nos ha traído el aire más puro y nos ha llevado a darnos cuenta de lo bello de vivir sin ruido.

Después de esta tragedia vamos a tener que plantearnos quedarnos en casa un día a la vez: a la semana o al mes. Para rescatar la familia, para rescatar la humanidad, para creernos otro Dios que no tenga nada que ver con el capital ni con la democracia de los corruptos. (O)

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