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El Telégrafo

Cristianos por el Sí

04 de mayo de 2011

Al encontrarme con varios grupos cristianos de los sectores populares del país, he visto que hay muchos que van a votar Sí en la consulta popular. Lo hacen porque están convencidos de que hay que hacer avanzar y fortalecer, con el Gobierno que se tiene, la revolución ciudadana que está en marcha y el Sumak Kawsay, el Bien Vivir, impulsado por los indígenas. Por otra parte, se dan cuenta de que entre sus vecinos pobres, muchos de ellos igualmente van a votar Sí por las mejoras que los benefician. De hecho se están dando cambios significativos y estos cambios han llegado a los sectores pobres y más pobres del país, como nunca antes.

Se trata de una apuesta. Las opciones por el No tienen su verdad. Las preguntas son muchas y sus explicaciones por el Consejo Nacional Electoral son largas y complejas. Constitucionalmente han de poder hacerse varios reparos a las preguntas. También se habría podido hacer otras preguntas importantes para el país. Se está orientando el voto en plancha  con un afán político de apoyar o desaprobar el desenvolvimiento del Gobierno: no escapan a esta opción los partidarios del No. Respetamos las opiniones contrarias: ¿no es en la diferencia que nos enriquecemos?

También hay que decir que, a nivel de Gobierno, queda mucho por hacer y que los cambios tienen que profundizarse y abarcar áreas que nos parecen de suma importancia para los pobres. Un proceso está en marcha y hay que fortalecerlo y orientarlo hacia los cambios estructurales que se necesitan. La gran mayoría del pueblo del Ecuador ha votado repetidamente en las anteriores oportunidades a favor de cambios profundos, radicales, sepultando a los partidos de derecha. Pienso que este mismo pueblo sabrá, después de la consulta de esta semana, orientar y presionar al Gobierno para que se continúe construyendo un país en que los pobres y los más pobres puedan vivir mejor. Tal vez nos gustaría que esta construcción fuera más rápida y por caminos que nos parecen mejores. El pueblo de los pobres tiene su propio ritmo y todos tenemos que aportar para este futuro.

Por estas razones, votaré Sí. Opto por seguir solidarizándome con los pobres, con quienes voy luchando por un Ecuador de justicia, de equidad y de fraternidad. Prefiero equivocarme con ellos más que tener razón solo, pues creo que, como Dios, ellos “escriben recto en renglones torcidos”. El mismo Dios, dice san Pablo, “ha tomado lo que es débil en este mundo para confundir lo que es fuerte”.

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