Gran parte de los Estados en Latinoamérica están atravesando una crisis que afecta especialmente sus relaciones con la sociedad. Esta crisis tiene enormes efectos negativos en la lógica de la estructura del Estado nacional que la mayoría de nosotros la entendemos de forma tradicional.
Se considera que estamos desafiando las expectativas que tiene la sociedad sobre la estructura y la filosofía de este modelo de Estado que nos han enseñado durante casi 200 años. Ese Estado que garantiza, a través de sus leyes y su estructura, el convivir y el desarrollo de los seres humanos, dentro de un territorio definido.
Pensar que solamente hay un modelo de Estado al que a rajatabla tenemos que seguir, es la principal duda que tenemos. Será que los modelos de desarrollo, de sociedad y del Estado que nos imponen sirven para el análisis de la situación actual por la que atraviesa nuestra región.
El destacado filósofo ecuatoriano Bolívar Echeverría (1941-2010) fue enfático en decir que América Latina sí tiene capacidad de organización y de movilización de la sociedad, pero lo que le falta es teoría propia.
En este momento histórico es crucial “pensar con cabeza propia” porque probablemente los modelos de análisis que hemos seguido fueron superados por la realidad y por el devenir de nuestra sociedad.
La gobernabilidad de las políticas se topa con una estructura sociohistórica y cultural diferente a la de la teoría que nos han impuesto. La utopía de la democracia del Estado moderno es tan contradictoria con la realidad de grupos sociales que son la base del propio Estado, como son los indígenas de nuestra región. Con ellos se verifica que no les llegan los beneficios del Estado o de la democracia.
Parece que todos los esfuerzos de los gobernantes en ajustarse a modelos de “otros mundos” son efímeros. El Ecuador de octubre de 2019 ha dado una gran muestra de que la teoría de la política anglosajona está lejos de la realidad.
La historia se encargará de colocar la verdadera dimensión del presidente Moreno que superó a la teoría y a la práctica, al colocar una negociación compleja a ojos de todos los ecuatorianos en vivo y en directo. Esto, por ejemplo, supera cualquier teoría de negociación traída de otros mundos. (O)