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El Telégrafo
Roberto Camana Fiallos

Crisis estudiantil

03 de abril de 2022

El video viral de redes sociales, donde se observa, un docente ecuatoriano cortando el cabello en su hora de clase a estudiantes, ha generado voces de apoyo y rechazo. Por falta de consentimiento de los involucrados y padres de familia. Más allá de las consecuencias legales y éticas.

 

Una reflexión, a ustedes señoritas y señores estudiantes, futuros profesionales de mi país, actualmente es comprensible su necesidad de libertad de expresión; de como vestirse, hablar y mostrarse ante la sociedad. Esas tendencias juveniles de la época, que dejan de lado ciertas reglas y normas de convivencia dentro de sus instituciones, que sólo buscan vivir en armonía.

 

Es cierto, que los estilos de cortes de cabello o vestimenta nos diferencian, al igual que nos recriminan dentro de la sociedad, que usualmente pensamos que los comentarios sociales no nos interesan, pues vivimos en un mundo sólo para nosotros. Alto, esto no es así, puesto que, si pretendemos crear una convivencia armónica debemos respetar las opiniones de los demás, denotar nuestra educación moral que nace desde el hogar, con prácticas de valores.

 

Para ustedes padres de familia. Es momento de hacer que nuestros hijos se responsabilicen de sus actos y no sean ustedes sus salvadores ante la infracción de ciertas reglas de convivencia que establezcan las instituciones educativas.

 

Recuerden que venimos de una vieja escuela, donde el docente era el pilar de la educación. Él cual nos corregía a su voluntad dejando de lado nuestro sentir. Sin embargo, esto forjó en nosotros una responsabilidad de nuestros actos y esa necesidad de poder alcanzar un sueño profesional.

 

Con todo el respeto Sres. Docentes, si bien es cierto, existen reglas y normas, que se debe ejecutar en caso de incumplimiento. Sin embargo, debemos ser producentes al momento de corregir el comportamiento de los estudiantes.

 

En la actualidad como docentes estamos desmantelados jurídicamente. Aunque, con ello nos desmotive nuestra labor de educar para la vida, debemos buscar maneras de solucionar y sobrellevar los cambios sociales de la juventud actual.

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