El país lee, ya sin asombro es testigo de la disputa a dentelladas por el poder que genera el manejo de El CPCCS organismo que parió el mamotreto de Constitución que creó el correísmo, con la clara intención de consolidar al autócrata que los dirigía y que ahora es prófugo de la justicia. El CPCCS se convirtió en herramienta de un gobierno intolerante y abusivo para literalmente intentar controlar entidades nombrando a sus principales que pasaron por los cargos de alto rango, sueldo, e influencia en temas de fundamental importancia para un Estado democrático como son: El Defensor del Pueblo, Defensor Público, la Fiscalía General del Estado, El Contralor General del Estado, El Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Contencioso Electoral o sea casi nada y todo, por decirlo irónicamente. El Ecuador conoce quienes cumplieron su trabajo con independencia y quienes no.
Sí la Constitución de 2008 creo ese engendro llamado Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, los resultados tenían que ser tarde o temprano malos como han sido. Y las trifulcas jurídicas de censuras, destituciones y otras linduras tenían que darse porque encabezar un organismo con tanto poder debe ser muy apetecible.
La Asamblea Constituyente que creo el CPCCS estaba integrada en su mayoría por una caterva de levanta manos afines al mandón abusivo y a su partido, varios de los cuales, luego dizque renegando del déspota, no tuvieron recato alguno para cambiarse de tienda política y matizando colores transferirse del correato, al morenato y seguir en la teta del poder
No cabe mencionarlos porque la ciudadanía no sin asco los tiene en la mente y sabes quienes son.
Dicho queda algunos de los creadores del CPCCS fueron beneficiarios de altos cargos burocráticos y de las delicias del poder en los dos peores gobiernos que vuelta de página ha tenido el país en su historia.
Los creadores de la Constitución de la República del Ecuador de 2008, se inventaron para desgracia de la nación rompiendo la probada y no superada, clásica división tripartita del poder, dos funciones adicionales que añadieron al Estado: el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, y la función Electoral, las dos invenciones han hecho historia cuestionable al menos, con resoluciones, eventos y procedimientos que no favorecieron a la democracia, ni a los ciudadanos, sino a políticos y ambiciones de turno, a la manipulación interpretativa de las leyes, al descarte de los méritos, a la influencia para lograr cargos, algunos de los escogidos para esos cargos, la están pasando no precisamente bien frente a la justicia.
La ciudadana se ha pronunciado de forma mayoritaria, en distintos medios, en pro de la eliminación del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, el actual Presidente de la República ha concebido y ha puesto sobre la mesa la extinción de ese organismo vía consulta popular, lo que envuelve previamente desatar nudos jurídicos constitucionales, que por complicados que parezcan se tienen que romper, así el pueblo enviará con toda seguridad al basural de la historia a un mamotreto de organismo, que poco o nada le ha beneficiado a al país. Una función del Estado que más bien ha contribuido a la duda sobre las instituciones democráticas, su transparencia y sobre la seguridad jurídica en general. El ciudadano común duda del Estado, no es percepción es una realidad. ¿Y de los políticos ?, conteste usted lector.
Es de esperarse que de la revuelta que lleva el CPCCS a la interna el resultado sea el que corresponde a lo previsto en la Constitución, las leyes y los procedimientos éticos. Ya veremos que ha sucedido, en pocas horas, ya que, al momento de escribirse esta cuartilla, el fragor de la lucha política es intenso. Se esperan mejores días, pero que sean pocos los que le sobren a una institución que para el país desde el nacimiento fue indeseable.