Los españoles sufren las consecuencias de una política de ajustes y reformas estructurales aplicadas por Rajoy, que ha significado un recorte de gastos sociales, desalojos de sus casas por no poder pagarlas, más impuestos, etc., que han aumentado la pobreza, desempleo, etc., disminuyendo su nivel de vida.
A esto se suma la corrupción en el Partido Popular (PP), con los manejos irregulares de las finanzas de su extesorero y su esposa, incluyendo otros casos de funcionarios y hasta de familiares del rey.
El extesorero Luis Bárcenas repartía entre altos miembros del PP sobres con dinero proveniente de aportes de empresas privadas. Estos pagos se inician en 1997, cuando Aznar era presidente del PP y continuaron cuando era presidente del Gobierno español, según la prensa. Incluyen a Rodrigo Rato, expresidente de Bankia, y Dolores de Cospedal, actual secretaria del PP. Implicaba que los funcionarios públicos del PP eran influidos para que tomen decisiones favoreciendo a los aportantes. Incluso el mismo Rajoy está acusado de participar en el ilícito. Pero esto no es todo, pues estos recursos eran manejados en cuentas bancarias en Suiza (2001-2010) y, más aún, Bárcenas se favoreció de una amnistía tributaria y blanqueó dinero.
Además, en el caso Gurtel (1998 – 2005), el empresario Francisco Correa sobornó a altos dirigentes del PP, según investigación iniciada por el exjuez Baltasar Garzón. Esta era la segunda red de corrupción del partido de Rajoy. Nuevamente el mecanismo de corrupción provenía del sector privado. Esta red sobornó (1998 – 2005) a Jesús Sepúlveda, exalcalde de Pozuelo y organizador de actos políticos del PP, que implica a su exesposa, Ana Matos, actual ministra de Salud. Pozuelo también está acusado de recibir comisiones por obras adjudicadas en su alcaldía.
Según la prensa, hay ramificaciones a otras alcaldías y comunidades autónomas, empresarios y bufetes de abogados. Parte del dinero, aportado por empresas, iba a parar a fundaciones manejadas por el PP para financiar ilegalmente sus campañas electorales. Se agrega el caso Pokemon, de sobornos de políticos del PP, y otros para adjudicar la contratación de servicios municipales. Aún más, hay acusaciones de espiar a una líder catalán por parte del PP.
Estos eran los mecanismos de corrupción utilizados por algunos empresarios españoles para favorecer sus intereses. Reflejan cómo el poder económico influía en los políticos del PP. Leyendo el libro de Pedro Jorge Vera “Por la plata baila el perro”, ahora diríamos que los políticos del PP bailaron al son de algunos empresarios. Recordemos que el juez Garzón, investigador del caso Gurtel, fue destituido de su cargo por la justicia española. Por otro lado, los partidos de derecha siempre ponen en alto los principios éticos y morales. Esta doble moral de los políticos corruptos del PP deja en claro cómo el interés particular pesa más.
Para colmo, un yerno del rey está acusado de corrupción. En España, además de una crisis económica, hay una crisis moral que agobia aún más a los españoles.