Decíamos en la columna pasada que para que Correa obtenga votos para el 2013 de quienes votaron No en la consulta, es necesario que sin claudicar logre una concertación sobre temas de interés nacional.
A su vez, la oposición y los que votaron No en la consulta tendrán que entender que lograr los votos de Correa, de quienes lleguen eventualmente a desilusionarse si éste no logra sus cometidos, tienen que proponer algo distinto que les cautive y que además vaya acompañado de un líder carismático que inspire confianza para que pueda aglutinar a sectores tan diversos.
Mi opinión es que los únicos líderes con ese peso en este momento son Correa y Nebot, entre otras razones, porque no han promovido el surgimiento de sucesores en sus movimientos. Por eso, cuando leí de un pacto nacional para derrotar a Correa, no dejé de pensar en qué gran desperdicio y poco juicio hay en luchar contra una “persona”, mientras que se podría estar concibiendo una propuesta seria para el país. Falta tan poco para el 2013 y suena tan ligera, que denota más bien miedo a no poder ganar unas elecciones a Correa.
Ejemplos de haber sabido dar lectura apropiada al sentir de sus pueblos, son las que dieron Lula, Bachelet, Piñeira, Mujica, Santos y hasta el recién elegido Humala. Unos de derecha y otros de izquierda, mostrando que no es el momento oportuno para luchas intestinas de ideologías extremas.
Ya el discurso de que el Estado controla la economía o que el capital es la única base del desarrollo, caducó. Es momento de aflojar los extremos y acercarse al centro, pensando en la conveniencia de una armonía entre lo público y lo privado. La gente se siente mejor cuando los actores de un país se articulan bien y para ello hay que evolucionar hacia aquello que desde una posición menos extrema pueda dar paz y estabilidad, y que J.M. Santos resumió en una frase de su campaña que me quedó grabada…“el mercado hasta donde sea posible y el Estado hasta donde sea necesario”.
Correa ha enviado buenos mensajes en materia de producción, educación, formalización tributaria, infraestructura, apoyo a la creación del Biess y financiamiento de vivienda, por citar algunos, pero así como ha logrado apoyos importantes ha generado temores en ciertos grupos por su estilo confrontador, al punto que, aunque convengan en lo esencial, no gustan de su tono y por ello quieren estar en la otra vereda cuando podrían estar en la de Correa apoyándole. El Presidente ya debería considerar otra instancia y tender puentes para que la gente pierda el temor y cambie de acera, porque sin duda, en el 2013 ganará quien logre “cautivar” a estos votantes.