En cualquier proceso de consulta popular lo racional es que se provea de todos los elementos de juicio, información e insumos para que el consultado tenga una idea aproximada, sobre lo que tiene que decidir.
Los ecuatorianos en medio de la vorágine que supone una campaña electoral atropellada por las circunstancias, además y por si fuera poco, debemos pronunciarnos sobre la posibilidad de que el gobierno mantenga indefinidamente el crudo ITT del bloque 43, localizado en una extensión geográfica que representa el 0,01 por ciento del Parque Yasuní, cuya explotación genera al estado ecuatoriano ingresos estimados, nada más y nada menos entre 1.200 y 1.500 millones de dólares al año, esto por la venta de 55.000 barriles de crudo diario. Está claro que, la Corte Constitucional toca con guitarra y la Función Ejecutiva toca con violín…
En este contexto y dado que para muchos lo descrito podría ser una novedad, un votante mal informado es más peligroso que un elefante en una cristalería, simplemente porque las reflexiones y disyuntivas a las que se ve abocado, para ejercer su derecho en las urnas, no tienen un asidero de conocimiento certero, técnico o por lo menos básico que se acerque de manera adecuada a la realidad.
La verdad de la milanesa es que, los activistas y ecologistas radicales sueñan y maniobran, la Corte Constitucional cede a la presión de la tendencia y todos pagaremos los platos rotos, porque independientemente de quien resulte elegido como gobernante, no tendrá otra alternativa, para cubrir esa falta de ingresos, que aumentar el IVA, eliminar subsidios, congelar o reducir salarios y con ello afectar a estudiantes, trabajadores, empleados públicos y privados, campesinos, maestros, profesionales, empresarios, etc…, en suma, se vería colapsada la producción y competitividad del Ecuador en todos los ámbitos y obviamente el presente y futuro de la nación.
Habrá que discernir entre el crecimiento y el inmovilismo provocado por el prejuicio de la progresía que, ciega de fanatismo está cerrada a todas las posibilidades y alternativas. Sin lugar a dudas, es ineludible que la explotación petrolera tenga como base una gestión ilustrada y comprensiva del planeta, es decir EQUILIBRIO, SUSTENTABILIDAD Y SOSTENIBILIDAD sin abuso por supuesto, pero la forma y el entorno en la que se ha presentado la pregunta, vinculada al proceso de elecciones presidenciales, es un craso error.
Se entiende perfectamente que las nuevas tendencias humanas, políticas y sociales deben ser respetadas y acogidas por el status quo, pero es fundamental que quien exige respeto a sus ideas, respete las ideas contrarias y no imponga a toda costa sus fondos y formas, el primer paso para ser libre es respetar la libertad de los demás. La rebeldía, para que surta el efecto deseado, debe tener una causa y esa causa un enfoque que considere los intereses de la mayoría, sin dogmas ni radicalismos.
Estar en contra del modelo de desarrollo, ser anti sistema, anti extractivismo, anti todo, supone pensar en las alternativas de solución y eso precisamente no existe, solo se regodean en la protesta y no en la propuesta que, a nuestro juicio, debería estar sustentada en la extracción controlada y regulada de manera tal, que no interrumpa la cadena energética y el normal desenvolvimiento de la vida de TODAS las personas, lo contrario es ajustarse a garabatos conceptuales que atan de manos a los que manejan el coche, para luego seguir en la perversa dinámica de la protesta por los accidentes.
Votar NO y paralelamente exigir equilibrio y control en la actividad petrolera debería ser el camino de los cabales.