En el marco de la Revolución Ciudadana, Ecuador está viviendo grandes transformaciones. En ella juega un rol fundamental la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt). Su acción se desarrolla en varios niveles, tales como la identificación de los mejores bachilleres, 351, que en la prueba en que participaron 45.690 estudiantes, recibieron una calificación entre 899 y 944 puntos.
Para ellos se abren todas las puertas; con el apoyo del Estado podrán acceder -después de un período de preparación- a estudios en las 150 universidades más importantes del mundo. Los alumnos provienen de diversas localidades y colegios. Nunca en la historia del país los jóvenes tuvieron oportunidades similares.
Para los profesionales que aspiran a una formación de cuarto nivel (maestrías, doctorados, posdoctorados), existirá una financiación completa que cubre los gastos de viaje, vivienda y alimentación y los que correspondan a matrículas, investigaciones, derechos de grado y pasajes, con el carácter de no reembolsables, privilegiándose en este año a quienes desean completar sus estudios en el área de las ciencias de la producción e innovación. Cuando estos becarios retornen tendrán a mano oportunidades importantes de trabajo profesional y docencia. ¡Cuántos sueños podrán cumplirse y qué impacto producirán a su regreso a la patria!
La tan debatida evaluación de las universidades ahora tiene el beneplácito colectivo. El proceso educativo, que tiene su inicio formal a partir de la escuela de párvulos, tendrá en poco tiempo una mejora sustancial, pues los docentes se capacitarán en unidades académicas que tiendan a la excelencia, por lo que el nivel de sus alumnos reflejará la mejora de su trabajo.
Agreguemos los esfuerzos del Gobierno por implantar métodos preventivos en la atención de la salud, en la nutrición de los infantes, en la dotación de servicios básicos a todos los habitantes, en la construcción de escuelas modelo que en apartados rincones disponen de los más modernos recursos tecnológicos, contribuyendo en forma efectiva a que la igualdad de oportunidades sea real. Es un esfuerzo gigantesco, por su magnitud y visión.
Los medios -con excepciones- no han relievado esta revolución educativa en su verdadera dimensión. Si se pide un ambiente cordial entre prensa y Gobierno, sería justo destacar que no solo se han puesto las bases, sino que está construyéndose la pequeña gran patria que soñaba proféticamente Benjamín Carrión.