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El Telégrafo
Gabriel Hidalgo

Caos planeado

21 de julio de 2019

El Consejo de Participación definitivo intentó instalar una comisión para perpetrar un golpe de Estado palaciego. La institucionalidad pública respondió con acciones judiciales y políticas. El pretexto del órgano, que está secuestrado por el correísmo, es evaluar y después destituir a los magistrados que tienen prohibido evaluar y destituir por disposición expresa. Esta acción materializa el delito de incumplimiento de una orden expedida por una autoridad y lo convierte en una intentona golpista que busca desconocer a los poderes constituidos para enturbiar la democracia. Todo sucede para intentar introducir a como dé lugar una Asamblea Constituyente.

Esto forma parte del repertorio golpista característico de la década ganada. Pero esta vez no parece que tendrán mucha suerte. El curita y sus compinches caminan sobre la cuerda floja, la Asamblea los encausará políticamente y la justicia iniciará acciones por desacato u otros delitos. Hoy intentan repetir uno de los tantos autogolpes palaciegos que los populistas perpetraron con éxito. En 2006 dieron su primer golpe al derrocar al Congreso Nacional y al secuestrar al Tribunal Supremo Electoral para dar viabilidad a la Asamblea Constituyente que dio vida a la Constitución de Montecristi de 2008; en 2007 defenestraron al Tribunal Constitucional, en 2009 a la Corte Suprema de Justicia y en 2016 reformaron la Constitución por la vía parlamentaria, sin una consulta popular, para permitir la reelección indefinida. 

Un golpe de Estado contemporáneo ya no necesita disparos, militares o desaparecidos como en el pasado; hoy necesita descabezar a un poder del Estado y desconocer la validez de la Constitución. Esto es lo que hizo el correísmo en, al menos, cinco ocasiones, con absoluto sigilo durante su década de abusos. Títeres y titiriteros de esta burda obra buscan instalar un golpe de Estado y pescar a río revuelto. Este caos que preparan los golpistas es planificado. (O)

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