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El Telégrafo
Simón Zavala Guzmán

Consejo Asesor de Economía

17 de junio de 2020

No cabe duda que este país a la finalización del gobierno de Rafael Correa quedó quebrado. La broma de que se dejaba la mesa servida, fue y es una burla cínica, principalmente, al pueblo pobre de nuestro país que en estos tres últimos años ha sufrido las consecuencias de una realidad amarga, que se ha magnificado con la pandemia que nos azota. Y, por cierto, a una clase media que vive de sueldos y salarios casi devaluados.

Aún, no teniendo un sistema de salud estructurado, coherente, organizado y con todos los insumos necesarios para la atención de salud, si hubiera existido dinero en las arcas fiscales, la situación en términos de víctimas y contagios, hubiera sido muy por debajo de los números que tenemos, porque el confinamiento domiciliario hubiera dado buenos resultados si a los pobres de este país y sus familias, a todos,  se les hubiera podido dar alimentos y ciertas medicinas preventivas para que no salgan a las calles.

Los trabajadores informales que viven de los pocos dólares que obtienen con cualquier cosa que venden, tienen necesariamente que abandonar el confinamiento, para salir a las calles, porque si no, no comen, si es que una familia puede comer con tres, cinco o siete dólares.

Desgraciadamente, si el gobierno no tiene dinero no hay posibilidades de comprar esos alimentos para atender esa necesidad básica. Pero esto, tendrá que solucionarlo. Esa es la triste realidad. Presiento, -ojalá me equivoque- que la cuarentena va a tener que extenderse con mucha rigurosidad.

Los ecuatorianos, nos preguntamos: ¿cómo se va a recuperar la economía de este país después de la pandemia? El gobierno nacional se ha visto en la necesidad de buscar asesoramiento con personalidades que tienen conocimientos y experiencia en el campo de la economía, lo cual está bien, porque siguiendo el sentido común popular, “tres cabezas piensan más que una”.

Sin embargo, independientemente de éstas, el gobierno debe escuchar otras voces representativas de distintos sectores políticos, de organizaciones de trabajadores y de gremios profesionales, de académicos y de grupos y movimientos sociales, que opinen también y generen ideas de cómo nuestro Ecuador puede salir de esta crisis económica a corto, mediano y largo plazo. En este barco que se está hundiendo estamos todos. Y todos debemos que arrimar el hombro para salvarnos. Queda la propuesta. (O)

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