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Ecuador, 19 de Noviembre de 2024
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El Telégrafo
Romina Del Pozo UIDE

Conquista de derechos y violencia de género: dos caras de la misma moneda

19 de noviembre de 2024

A lo largo de los últimos 50 años, las mujeres han logrado acceder a espacios históricamente liderados por hombres, avanzando en el ámbito laboral y garantizando una mayor participación en sectores comerciales, políticos, científicos, diplomáticos, académicos, entre otros. Sin embargo, esta conquista no está exenta de desafíos, entre ellos la persistencia de la violencia de género en sus múltiples expresiones.

Sin una estadística actualizada, se menciona como dato referencial que en Ecuador, entre 2021 y 2023, se reportaron 2.154 denuncias de acoso laboral (Ministerio del Trabajo, 2023). No obstante, estas cifras distan de reflejar la magnitud real del problema, pues muchas denuncias enfrentan obstáculos significativos en procesos institucionales permeados por relaciones asimétricas de poder. Además, en numerosos casos, se apela al componente reputacional de la institución como argumento para desacreditar las denuncias, lo que refuerza el silencio y la impunidad.

Otro ámbito crítico es el político, en el que las mujeres que ocupan cargos públicos son frecuentemente blanco de descalificaciones, insultos, burlas, estereotipos y violencia política de género (OCVP, 2023). Un ejemplo emblemático de este año es la Vicepresidenta Verónica Abad, cuya trayectoria en el cargo ha estado marcada por el acoso y violencia política legitimada institucionalmente.

A tan solo un mes de finalizar el año y en el contexto de un próximo proceso democrático, es urgente reconocer esta realidad en el país. En Ecuador, los espacios de participación femenina están impregnados por dinámicas que perpetúan la violencia de género. En este sentido, resulta incoherente hablar de avances en los derechos de las mujeres sin exigir la implementación efectiva del enfoque de género en las leyes y políticas públicas que impactan los espacios referidos. Este enfoque permite visibilizar las condiciones históricas y las relaciones de poder que han moldeado el rol de género de las mujeres en la sociedad.

Sin estos “lentes” que cuestionan y transforman el imaginario social, la participación femenina continuará desarrollándose en contextos en los que la violencia de género es una posibilidad latente, producto de estructuras socioeconómicas y culturales profundamente arraigadas en el machismo que determinan el nivel de respeto que puede recibir o no la mujer. Es tiempo de cambiar esta realidad desde su raíz, garantizando entornos libres de violencia para las mujeres en todos los espacios.

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