En toda economía, siempre se requerirá de la regulación. Para corregir las desviaciones o sesgos que se pueden presentar por las externalidades positivas y negativas, resulta casi imposible que se logren los equilibrios automáticos, o la autorregulación perfecta, que sería a lo que llamamos lo justo en la sociedad, sin una dosis de regulación. Porque las otras opciones son la prohibición o la libertad absoluta, extremos difíciles de administrarse solos.
Los taxis amigo o ejecutivo: Son el fruto de la satisfacción de una necesidad privada, más discreta, que debe ser regulada de forma diferenciada de las cooperativas de taxis públicos agremiados, para evitar la competencia desleal.
Se deben agremiar con personalidad jurídica, con la autorización del CNT, sus tarifas deben ser el 40% más altas que las de los servicios públicos, deben contar con equipo de rastreo satelital, credenciales los conductores que deben ser mostradas a quien requiere de sus servicios, los gremios no tendrían derecho a la excepción de aranceles, no deben circular taxis por bien conservados que estén después de 10 años, y estos podrán servir como taxis públicos o privados o servicio particular en las zonas rurales y provincias, excepto Guayas, Pichincha, Azuay (política que se debe ajustar cada tres anos, según las necesidades reales). Todo vehículo que se califique como contaminador ambiental y esté en mal estado en un 70% de su conservación general, se debe chatarrizar. No deben ser perseguidos por los agentes de la CT por buscar clientes en la calle, el cliente elige si paga mayor tarifa, por privacidad, confort, estatus social, etc. Todos los conductores deben aprobar seminarios de mecánica, básica, I y II, servicios turísticos y al cliente, que se deben actualizar cada dos años. Por seguridad, todos los vehículos deben contar con botón de pánico y auxilio en los asientos de pasajeros. Se deben emitir facturas por los servicios prestados.
Se debe incentivar la libre agremiación para representar a los asociados, con el registro de $2.500 cada 10 años y los socios aportar una cuota, fijada en asamblea, para financiar la operación del gremio, cuya presidencia debe ser rotativa, cada 2 años, y negociar la fijación de tarifas con el CNT. Coordinar las capacitaciones y hacer compras de insumos y repuestos en volumen, para reducir los costos de operación.