La semana pasada, Colombia vivió la primera vuelta electoral de unos comicios muy particulares. Desde la Gran Colombia, en las primeras décadas del siglo XIX, hasta 2002, en términos generales, conservadores y liberales configuraron un sistema bipartidista. El surgimiento de Álvaro Uribe supuso el fin del bipartidismo y remozó una derecha política cuya principal bandera ha sido la oposición a los procesos de paz entre el Estado y la guerrilla de las FARC-EP.
En 2010, tras los gobiernos de Uribe Vélez, asumió el mandato su Ministro de Defensa Juan Manuel Santos y, en 2018, Iván Duque.
Colombia es un país que afronta un conflicto armado interno desde 1958 que contabiliza más de 200 mil muertes violentas y más de 9 millones de víctimas. 42% de colombianos viven bajo el umbral de la pobreza y 15% en la externa pobreza. Previo a la pandemia, también, era el séptimo país más desigual del mundo.
En este contexto, el Gobierno de Iván Duque vivió un primer gran estallido social: el paro nacional de 2019 motivado por las políticas gubernamentales, el asesinato de lideres sociales y la corrupción.
La pandemia significó enormes consecuencias sociales en el mundo, en Latinoamérica y en Colombia en que su economía decreció 6.8% generando el menoscabo de las condiciones de vida de los colombianos. A su vez, la crisis obligó que el Gobierno de Iván Duque tome medidas antipopulares como una regresiva reforma tributaria. El rechazo ciudadano conllevó que el régimen retire el proyecto de ley.
Bajo estas condiciones, el hermano país sudamericano vive un proceso electoral en que, por primera vez, la izquierda con el liderazgo de Gustavo Petro y Francia Márquez tiene posibilidades reales de disputar el poder. En los comicios, el Pacto Histórico obtuvo 8 millones y medio de votos que representan el 40.34% no obstante, la gran sorpresa de la jornada supuso, también, el surgimiento de Rodolfo Hernández de la Liga de Gobernantes Anticorrupción que obtuvo casi 6 millones de votos que representan el 28.17% superando a las fuerzas políticas tradicionales, entre ellas, incluso, el nuevo delfín del uribismo: Federico Gutiérrez que obtuvo 5 millones de votos que representan el 23.94%
El próximo 19 de junio será la segunda vuelta electoral. Estas elecciones presidenciales desde ya constituyen un cambio en la política colombiana; sin embargo, la gran elección será entre una izquierda feminista y ecologista o un antipolítico impredecible y agresivo que no tiene vergüenza de declararse seguidor de Adolf Hitler.