Terminó sus cinco años de gestión y a la hora de la evaluación y el balance su tarea realizada es muy positiva. Más aún si se debe gestionar una institución con escaso presupuesto y poco apoyo. Me refiero a la labor de Fernando Checa Montúfar al frente del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal).
Hace cinco años era una institución casi inexistente, desprestigiada y sumida en la mediocridad; casi no se investigaba, con escasos seminarios de importancia, pocas publicaciones y con déficit económico constante. Hoy, ha recuperado su papel y su rol de institución generadora de insumos para la investigación, la capacitación y, sobre todo, para la democratización de la comunicación y el fortalecimiento de un principio clave: el derecho ciudadano.
La tarea, obviamente, no ha sido fácil, sobre todo porque ha debido correr paralelamente a los cambios fundamentales que ha generado la nueva Ley de Comunicación, por ejemplo, y que implica la existencia de una normativa de regulación y control y la creación de organismos como el Consejo de Regulación y Desarrollo de la Información y Comunicación y la Superintendencia de Comunicación. Por ello, el signo de la gestión de Fernando Checa podríamos decir que, como lo dijo en su informe de labores, fue el de generar “estrategias para promover todas las voces y así democratizar la palabra”.
Uno de los aspectos más destacados de estos cinco años ha sido su labor editorial, en la que centenares de estudiosos de la comunicación de Ecuador y el continente han podido publicar sus escritos. Entre las más de 60 universidades del país, esta tarea editorial de Ciespal ocupa el octavo lugar en el rubro de publicaciones académicas. Así mismo, cabe mencionar la creación del Observatorio de medios, el periódico digital Mediaciones y la reconversión de la revista Chasqui, en la que han publicado 384 autores de 22 países.
La capacitación y formación ha sido también una de las actividades clave en la gestión de estos cinco años; sin duda se ha recuperado esa tarea que durante muchos años posicionó a Ciespal como un referente ineludible en América Latina. Se han realizado 433 actividades, entre talleres, seminarios, foros y encuentros, con 319 ponentes internacionales y 170 nacionales.
Al final, Checa presenta una cifra que dice mucho de su gestión: “Recibí Ciespal con un saldo negativo de 139 mil dólares, y la entrego con un saldo positivo de 395 mil dólares”.
¿Y qué hizo falta? Creo que difundir y promocionar de mejor manera estas actividades. Como a menudo se dice hoy: “No solo poner el huevo, sino también cacarear”. Y quizá asumir un rol más protagónico en la generación de opinión pública respecto a los temas que, en materia de comunicación, se debaten en el día a día.
Ahora le corresponde el turno a Francisco Sierra, profesor español, quien de entrada ha recibido muchos cuestionamientos (incluso su candidatura fue impugnada en el mismo directorio), la mayoría de ellos por su condición de extranjero, entendiendo que la comunicación es un bien estratégico. La vara está bastante alta, y le corresponderá a Sierra superarla. Que así sea.