Le cuenta que Enrique Garcés, médico salubrista, periodista, exministro de Salud, para definir la inoperancia de la salud pública nacional, recurría a un ejemplo: si en una curva pronunciada y peligrosa de una carretera circundada por un abismo se produce la mayoría de accidentes de tránsito, la lógica de los salubristas es hacer un hospital al fondo del abismo; a nadie, agregaba, se le ocurre prevenirlos con un simple letrero advirtiendo el peligro.
La ciencia apoya ahora el entendimiento de los accidentes de tránsito y sus efectos. En el Ecuador, un 7% de accidentes es fatal; de estos, 49% es grave y 44% leve. La mayoría afecta a personas entre 18 a 64 años, más hombres que mujeres, y son por choque lateral o frontal, pérdida de carril y atropellamiento. Las causas más frecuentes: impericia del conductor, no mantener las distancias, exceso de velocidad, irrespeto a las señales, embriaguez del conductor e imprudencia peatonal.
Se han hecho campañas
a favor del uso de bicicletas
y protección de sus
conductores, pero nada
sobre motos y motociclistas
Estas cifras explican la alta discapacidad (4,24%) que producen los accidentes, pero hay estudios que muestran otros factores. Los accidentes en motocicletas son el 10%, en carros normales el 40% y en vehículos profesionales 20%. Según la OPS, los países más ricos tienen menos accidentes de motos que los pobres. Mueren 3,5 de cada 100 mil motociclistas en América Latina. Los gastos en salud por accidentes de moto son unos 99 mil millones de dólares desde el año 2000.
En los motociclistas, las caídas con impacto en las vallas de contención suelen ser graves o fatales porque los postecillos sujetadores no cumplen las nuevas normas, es decir, que sean cilíndricos y no afilados porque amputan miembros. Esto, sumado al consumo de alcohol, coloca a Ecuador entre los países con más alto índice de accidentes fatales sobre motocicleta (78%). Entre las causas de estos accidentes se consideran: incumplimiento de las leyes de tránsito, insuficiente protección del motociclista (casco, traje y guantes), incultura en la conducción y, sobre todo, irrespeto de los otros vehículos.
Se han hecho campañas a favor del uso de bicicletas y protección de sus conductores, pero nada sobre motos y motociclistas, pese a que las cifras muestran lo trascendente que se torna la prevención de accidentes que discapacitan y matan asociados a estos vehículos.
La moto es un transporte más barato, menos contaminante, ocupa menos espacio, ahorra combustibles, facilita el tránsito y más. El incentivar su uso debe estar acompañado de normas de respeto a estos vehículos y medidas de seguridad probadas para salvar vidas.