Publicidad

Ecuador, 23 de Noviembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Fausto Segovia Baus

La ciencia no tiene sexo, pero sí género

25 de septiembre de 2019

Nadie discute el avance de las ciencias. Las infotecnologías –sistemas de información aplicados- y las biotecnologías -investigaciones que deslumbran en humanos, plantas y animales-, prometen nuevos adelantos con el apoyo de la inteligencia artificial y la robótica.

¿La producción científica tiene “marca” masculina o femenina? Es la pregunta clave. La respuesta es evidente: la ciencia ha tenido y tiene una tendencia sexista, masculina para ser exacto, que excluye a las mujeres. La ciencia no tiene sexo, pero sí género.

Expliquémonos. Los datos han puesto en mal predicamento a los hombres desde tiempos inmemoriales, porque fueron los que dominaron la Tierra, y en consecuencia a las mujeres.

Este poder –supuestamente- fue otorgado por la naturaleza, pero la realidad es diferente: hombres y mujeres, mujeres y hombres formamos parte de la especie humana, y ontológicamente somos iguales. Las diferencias las otorgaron las culturas y los contextos.

En el caso planteado se conoce que el 1% de los PhD del mundo son mujeres. Las mujeres dedicadas a la ciencia y las ingenierías apenas llegan al 24% de la fuerza laboral del planeta. Las mujeres científicas están distribuidas así: el 53% en ciencias sociales, el 51% en ciencias médicas y biológicas, el 23% en computación y matemáticas, y el 13% en ingenierías.

¿Y dónde está la exclusión? Las mujeres científicas son contratadas en menor porcentaje, ganan menos, y obtienen menos premios y becas de investigación. Los factores son variopintos: la discriminación directa y encubierta, y sobre todo los estereotipos culturales.  

La tendencia actual es superar estos estereotipos. Existe ya una Red Ecuatoriana de Mujeres Científicas –Remci-, y una serie de acciones sobre la base del reconocimiento que la ciencia no es patrimonio del hombre, sino del ser humano.

Porque en rigor la ciencia no tiene sexo, sino género, que exige más participación de las mujeres, no contra el mundo masculino sino a favor del desarrollo sostenible. (O)

Contenido externo patrocinado