Vivimos en una era de interdependencia y transformaciones económicas, sociales y tecnológicas, pero la transformación más interesante es el auge de China como segunda economía mundial. En el mundo entero basta con recorrer las calles de las ciudades principales para darnos cuenta de que China está aplicando un patrón de expansión económica en bienes y servicios. Este país está incrementando sus reservas monetarias y su dominio en los mercados mundiales.
En el año 2001, Jim O´Neill propuso la tesis de que China, India, Rusia y Brasil se convertirán en las cuatro economías mundiales para el año 2050. Esta tesis es sustentada con variables que dichos países tienen en común como lo son su población, territorio, grandes recursos naturales y el crecimiento económico. Vivimos en un mundo interdependiente, más de un hecho nos ha demostrado lo frágil que pueden ser el poder y la economía de los países. Por su parte, Estados Unidos ha ido perdiendo su protagonismo y su situación de liderazgo, principalmente por la crisis financiera que afectó a múltiples economías desarrolladas y a su enfoque en Oriente Medio y las guerras de Afganistán e Iraq. Estos y otros factores han permitido que se construyan los cimientos y consolidación de otros países, generando así un mundo multipolar.
Los BRICS en el año 2009 sumaron el 95.5% del PIB de Estados Unidos, entre el 15 y el 20% del PIB del mundo, más del 40% de la población mundial y el 25% de la extensión terrestre del planeta. Por su parte, China tiene la reserva de dólares más grande del mundo, Rusia es el mayor distribuidor de gas de Europa y Brasil se está convirtiendo en uno de los mayores productores de hidrocarburos. Asimismo, aunque las otras economías como Brasil, Rusia e India experimentan un importante crecimiento, este es significativamente inferior al de China quien promete ser para los próximos años la primera economía mundial.
China es el país que lidera al grupo BRIC por el récord obtenido en todos los sectores de la economía por su estrategia político-económico considerada prudente y de visión de futurística, típica de su ideología. El pueblo chino es por excelencia consumidor, cuenta con una alta demanda de mano de obra, avances tecnológicos, espaciales, científicos y en biotecnología. Todo esto permitió al país crear infraestructuras como: autopistas, ferrocarriles, puertos y aeropuertos, fábricas y centros de servicio. De esta manera, China se convirtió en un importante motor de la economía mundial y se convertirá en la potencia económica mundial, entrando así en una nueva era. Adicionalmente, quiere tener protagonismo en el escenario mundial, por eso utiliza tres tipos de liderazgo: productivo, financiero y tecnológico.