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El Telégrafo
Andrés Campaña Remache

Chile reprueba

05 de septiembre de 2022

Es difícil entender que Chile haya rechazado el proyecto de nueva Constitución y, más aún, con una holgada diferencia. Tácitamente, ha ratificado la vigencia de la Constitución de 1980 de la Junta Militar de Gobierno presidida por Augusto Pinochet.

El mismo conflicto sentí cuando, en octubre de 2016, en Colombia, por poco más de 100 mil votos ganó la opción no a los acuerdos de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP).

La democracia, a veces, está lejísimo de ser perfecta. El sinsabor no solo es por la vigencia de una norma nacida de las extrañas de una dictadura sino, también, porque no es coherente con el estallido social que apresuró el proceso constituyente.

Durante varios años perduró el llamado ¨milagro económico chileno¨ mientras que el modelo profundizaba las desigualdades y, con ellas, la exclusión social. Chile constituyó un mal de ejemplo de la primacía del mercado en áreas sensibles como educación, salud y seguridad social.

Esas desigualdades desembocaron en un gran estallido social en octubre de 2019 que determinó que el entonces presidente Sebastián Piñeira, junto a la mayoría de partidos políticos con representación parlamentaria, acuerden convocar a un plebiscito. 

Un año más tarde, en el plebiscito, casi el 80% de chilenos aprobó que una Convención Constitucional redacte una nueva Constitución. En mayo de 2021, Chile eligió 164 convencionales constituyentes, entre ellos, 18 representantes de los pueblos originarios.

La Convención Constituyente trabajó un texto de 388 artículos y 54 normas transitorias entre las que destacaban temas como el paso de un Estado subsidiario a un Estado social de derecho que debe garantizar bienes y servicios públicos, la democracia paritaria que promueve que las mujeres ocupen el 50% de los cargos públicos, el Estado plurinacional que reconoce a los 11 pueblos originarios, entre otros.

El recién posesionado presidente Gabriel Boric enfrenta un escenario adverso. El apoyo a su gestión ha ido disminuyendo. El desempleo y la inflación han ido creciendo. La Convención Constitucional no estuvo exenta de escándalos y polémicas. No fueron capaces de defender el contenido de la reforma constitucional con una metodología y una comunicación entendible a todos los chilenos, mientras tanto las fake news y el miedo ganó terreno.

Tras los resultados, Boric reconoció que los chilenos no estuvieron satisfechos con la propuesta, cambiará la conformación de su gabinete y anunció el inicio de un nuevo proceso constituyente que esperamos corra con mejor suerte.

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