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El Telégrafo
Ana Pardo

Catalunya expulsó a Rajoy

25 de diciembre de 2017

Si el presidente del gobierno tuviera un mínimo de moral, se habría ido cuando se conocieron los papeles de Bárcenas con el detalle acreditado de parte de la financiación ilegal del PP y su corrupción genética.

Si, además, aun careciendo de conciencia, tuviera un mínimo de dignidad y la quisiera para su partido, presentaría inmediatamente su dimisión y convocaría a elecciones generales tras los resultados de los comicios al Parlament de Catalunya, precedidas de la mayor crisis institucional en 40 años que, lejos de resolverse en el día de hoy, se ha (re)confirmado con una mayoría indiscutible del independentismo y la arrolladora victoria de Ciutadans.

Quienes están en contra de la apisonadora del Gobierno sobre Catalunya (con el apoyo del PSOE y Ciudadanos) y pese al deseo de mantener al pueblo catalán con el resto de España, feliz y realizado, seguramente se alegren hoy de esta victoria de los apestados de La Moncloa; un triunfo que no es, ni más ni menos, que la corroboración de que la Política y solo la Política es el camino para deshacer este entuerto y, no digamos, este agravio.

El agravio, el dolor y la humillación de las cargas policiales del 1-O, del 155, de los barrotes carcelarios del candidato a president Junqueras y su conseller Forn y del think tank independentista Omnium-ANC; del candidato president Puigdemont refugiado en Bélgica de la ley (que no justicia) española; el agravio pese a la legitimidad de un independentismo al que el ordenamiento jurídico del Estado español le impide ser consumado aunque vaya en un programa electoral mayoritario en el Parlament.

Rajoy ha sido expulsado de Catalunya y empieza a serlo de España por dejadez, incomparecencia, negación, irresponsabilidad y –desde hoy– llevar a su partido al principio del fin gracias a una alternativa cultivada con mimo en su propia casa ideológica con ninguneo y desprecio, en línea con la forma de hacer política de Rajoy: la nada. Lo que no ha conseguido la corrupción del PP, seguramente, lo logren los catalanes.

La contundente victoria de Ciutadans en Catalunya no dará a Inés Arrimadas la Presidencia de la Generalitat, casi con toda probabilidad y por ahora, pero supone la mayor crisis del Partido Popular desde que Aznar tomó las riendas clausurando la AP de Fraga para siempre. (O) et

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