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El Telégrafo
Daniel Soto

Carlos Pólit en “Honrado hasta que me atrapen”

06 de mayo de 2022

La nueva película de ciencia ficción producida por el teatro que es el Estado ecuatoriano, es protagonizada por Carlos Polit. Se trata de un personaje que aparenta ser secundario mientras los protagonistas intentan desviar la atención diciendo que no lo conocen, que nunca han tratado con él o que sabían desde el inicio de sus fechorías, pero no dijeron nada porque la justicia es independiente.

 

La película tiene parte 1, 2 y 3, además de una precuela y una serie paralela que podría ser igual de taquillera

 

La película empieza cuando gana el concurso para ser Contralor General, a partir de ahí volvió a ganar el concurso 3 veces consecutivamente. Por más terna que se proponga al concurso, creo que ya nadie se come el cuento de que ese tipo de cargos se los ganan los más capaces; más bien todo lo contrario, es un cargo netamente político para el cual se hace un concurso que muchas veces tiene de todo menos transparencia.

 

La película se desenvuelve en 3 entregas de su cargo en los que el señor de a poco se va convirtiendo en una persona cada vez más y más corrupta, de tal manera que su ambición lo llevó a involucrar en sus fechorías a uno de sus hijos, quien también tiene una sentencia en firme que lo condena a 3 años de prisión por la justicia ecuatoriana.

 

Cuando me refiero a ciencia ficción, hablo de que se movieron cantidades de dinero que son casi inimaginables para el común de los mortales, una cosa irreal. Según la sentencia, Pólit se habría metido al bolsillo casi 6 milloncitos, así como si fuera el vuelto de la tienda y lo repartió con su hijo. Pero la película no podría ser del todo taquillera si no tiene algo de qué reírse, así que también cuenta con una excelente escena de escape del delincuente y sus cómplices cuando en el 2018 el excelentísimo contralor fugó a Estados Unidos a la vista de todos, y desde ese momento se burló de la justicia ecuatoriana. Dije que la película tiene risas, nunca dije que las risas serían del público. El único que ríe fuerte es Pólit desde Miami, mientras señala a los jueces de la Corte Nacional de Justicia y a la Fiscal General del Estado con el dedo y se echa para atrás en su sillón de cuero fino al ver la sentencia por televisión, en la frescura de una de sus mansiones.

 

La precuela es interesante porque antes de ser correísta por 10 años, fue secretario de Lucio Gutiérrez, a quien le profesó su lealtad mientras era militante del Partido Sociedad Patriótica, bancada política con la que le cantaba al pueblo la consigna “vota todo 3”, desde ahí hizo los contactos necesarios para mantenerse en altos cargos pero con el perfil bajo hasta alcanzar el puesto de Contralor en el siguiente gobierno.

 

Ahora que fue detenido en Estados Unidos y ha consignado bienes de todo tipo para dar una fianza de 14 millones de dólares, dice que colaborará con la justicia gringa para contarles cómo es que llegó a desvanecer las glosas, quién daba las órdenes y cuál era la ruta del dinero. Si su información es fidedigna y lo suficientemente precisa como para dar con los miembros de la mafia, tendremos una serie paralela a la trama principal que dará temporadas para largo, pues se estima que la ruta del dinero que Odebrecht utilizó para sobornar en Ecuador, la habría ocupado también en todos los países de Latinoamérica en los que tenía negocios.

 

Personalmente no me interesa la película que pueda montar Pólit, de todas maneras, meterlo preso no sirve de nada. Él y su hijo encerrados en la cárcel no harán que los hospitales se abastezcan de medicamentos, ni que el Registro Civil tenga dinero para emitir pasaportes y cédulas, tampoco hará que los profesores reciban una remuneración justa. Por mí, que la justicia estadounidense haga lo que quiera con su libertad.

 

Lo digo así porque la colaboración con la justicia gringa no puede hacer mucho más que rastrear el cometimiento de delitos financieros en ese país, es decir, que la información que Pólit entregue al gobierno de los Estados Unidos se limita a lo que le sirve a ese gobierno; consecuentemente, si la ruta del dinero pasa y se queda en Panamá, Las Bahamas o algún otro paraíso fiscal, poco o nada les interesará a los investigadores pues su jurisdicción termina en sus fronteras.

 

Lo lamentable es que la justicia ecuatoriana no haya podido dar con Pólit para solicitar el embargo de los 14 millones de dólares que tiene en bienes.

 

Soy creyente y respetuoso de la justicia sin excepción, pero a la ley hay que cuestionarla sin miedo pues es escrita por el hombre y por lo tanto es imperfecta. Lo que quiero decir es que, si el proceso penal no permite asegurar la presencia del procesado en el juicio, ni la garantía de pago del perjuicio al Estado, entonces debemos restructurar el procedimiento. Si la ley no cumple el fin último que es hacer justicia, entonces está mal escrita y debe cambiar. Si la estructura de la justicia no es capaz de satisfacer la necesidad de justicia, entonces está mal montada y debe cambiar.

 

Pólit se benefició de las torpezas de la justicia ecuatoriana, que da material para una sátira constante. El ex contralor se permitió vivir campantemente como si fuera honrado en los Estados Unidos, hasta que lo atraparon. En ese momento los honrados que fueron sus amigos se han puesto a temblar al saber que se viene la primera entrega de la saga “Honrado hasta que me atrapen”.

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