Cambios en el sistema de promoción en la enseñanza general básica (3)

Necesitamos un giro mental de 180 grados para que todos los niños y adolescentes, sin excepciones, puedan cultivar hasta el límite superior sus capacidades, aptitudes e inteligencias, como planteaba rigurosamente Henry Wallon.

Proponemos la aprobación escolar por asignatura, cuando se obtenga una nota mínima de 10 sobre 20. Cuando un estudiante obtiene un rendimiento menos de 10 en una o varias asignaturas, para aprobar el año, se requiere un promedio de 12 entre todas las asignaturas. Actualmente, la vida escolar se centra en lo que se rinde menos, en lo negativo, en lo que  puede hacer perder el año. El enfoque debe ser  positivo: los mayores esfuerzos escolares deben dirigirse a obtener los más altos rendimientos en lo que más le  gusta, más competencias demuestra y que posiblemente pueda dedicarse en la vida profesional. Las mejores calificaciones deben compensar a las insuficientes en otras asignaturas, que por causas muchas veces no conocidas producen actualmente la reprobación escolar, la deserción e inducen a la delincuencia.

Eliminar el requisito de edad para estudiar en un nivel educativo. Los niños y adolescentes deben ubicarse en sus estudios no por su edad cronológica, sino por su madurez para aprender y nivel de conocimientos en las diversas asignaturas. La pereza burocrática de la organización escolar no debe estar por encima de la capacidad de los estudiantes.

Reconocer para todos los establecimientos educativos la aceleración de los estudios, con lo cual, comprobados  los conocimientos y destrezas en exámenes serios, que los estudiantes se ubiquen y estudien en el nivel que les corresponde. Se debe  saltar los conocimientos que los alumnos dominan, en cualquier asignatura, no solo en inglés y computación, etc. No es suficiente exonerar y que se desperdicien sin hacer nada  sino  que inmediatamente pasen a estudiar en el nivel que les corresponde.

La aceleración debe ser  por asignaturas  aisladas o por años completos y que se pueda aprobar dos años en un solo período lectivo.

El cambio revolucionario más grande que debe darse en el momento actual en el sistema de promoción de toda la educación ecuatoriana es la promoción por asignaturas. Se salvarían competencias,  millones de estudiantes y miles de millones de dólares que hasta el presente se han desperdiciado. Miles de personas talentosas, con desarrollos disarmónicos de sus capacidades, se  incorporarían a la construcción del buen vivir.