En su discurso de bienvenida al informe a la nación del presidente Correa, Gabriela Rivadeneira, presidenta de las Asamblea Nacional de Ecuador, expresó verdades de a puño, entre otras, la importancia de la educación para el cambio y sostuvo: “Pero no podemos promover un cambio de la matriz productiva sin promover a la par un cambio de matriz cultural.
La Revolución Ciudadana es integral, hemos visto grandes obras por todo el Ecuador, que están beneficiando a todos por igual, propiciando cambios sustanciales en cada uno de nosotros, pero de nada servirían nuestras carreteras, si a la vez no construimos caminos de solidaridad y respeto entre las y los ecuatorianos; de nada serviría producir tecnología, si repetimos los mismos errores de las sociedades de consumo que nos impidan conseguir un pueblo más humano. Estos esfuerzos históricos de la Revolución Ciudadana, reconocidos y aplaudidos a nivel mundial, tienen que venir acompañados de transformaciones del pensamiento, con el propósito de conseguir una sociedad del todo nueva”.
Estas transformaciones se logran con la Ingeniería Cultural, disciplina que busca un cambio de la cultura como cimiento indispensable para la transformación social, deconstruyendo barreras sicológicas y construyendo nuevos parámetros de percepción y comprensión del mundo.
No nos perdamos en discusiones semánticas con visos epistemológicos sobre si es correcto denominar esto ingeniería, que a la postre es sinónimo de construcción, no de simple investigación sociológica o de mera concienciación.
Lo que importa es la modificación de la cultura existente y construcción de una nueva cultura. En particular, sustituir la cultura delegataria imperante de la democracia representativa por una cultura participativa y solidaria, en la que el pueblo, empoderado, sea quien detente el poder. La democracia de Lincoln: “Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Pero si pensamos que él no está suficientemente preparado, la solución no es privarlo del poder, sino educarlo para un mejor ejercicio del mismo, como postulaba Jefferson.
La economista Gloria Gaitán, que ostenta el título de Magíster en Ingeniería Cultural, durante un breve paso por Quito, explicó la importancia de esta disciplina y su objetivo de “aplicar conocimientos transversales tomados de las ciencias sociales, para el diseño y perfeccionamiento de una nueva cultura con el propósito de lograr nuevos comportamientos y percepción en el ejercicio del poder y de otros campos de actividad pública y científica”. Como para que se enseñe en
las universidades.