"En medio del caos descubrí que había, dentro de mí, una calma invencible...no importa lo duro que el mundo empuje contra mí; en mi interior hay algo más fuerte, algo mejor, empujando se vuelta". Albert Camus decía ésto. Tiene que ver con la fuerza de la vida. La fuerza de continuar. Los avatares y dificultades nos quiebran, nos falta el aire, nuestras emociones nos traicionan.
Hoy en nuestra sociedad es común el dolor, el sufrir. Los barrios están de luto porque hay violencia hasta debajo de las piedras. Nunca hemos tenido tantos muertos: todos los días llanto y gritos de impotencia. Ya nadie está tranquilo. Todo la ciudad nos recuerda a cada rato la inseguridad y la amargura de convivir con tanta zozobra.
El aire huele a violencia, a bandas criminales que se han robado nuestra paz. Los vacunadores están quebrando los negocios y robando nuestro dinero. Los delincuentes quieren vacunar hasta a los perros. Nadie se salva de la extorsión, el secuestro.
Es tan grotesca nuestra realidad que todo se vuelve caricatura de nuestro existir: los jueces y fiscales protegen a los delincuentes. Se da el caso salvaje que Norero pagó la reparación de patrulleros policiales y financiaba a múltiples fiscales, jueces y operarios de justicia. La fiscal Diana Salazar ha denunciado en el operativo "metástasis" toda una red de corrupción que asquea. Entonces ¿Qué nos espera el 2024? Acaso ¿Más terror? ¿Más sicariato? Nadie lo sabe. Los malos están sueltos. Hay que detener el mal.
El mal ha crecido y se ha normalizado. Pero viene un nuevo año: 2024 y la vida continúa. Hay esperanzas. Temple presidente Noboa. Recupere nuestra buena vida perdida en miedos. Luchemos juntos contra los delincuentes. Hay que vencer al terror.