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El Telégrafo

Cabral, más que un trovador

16 de julio de 2011

Facundo Cabral fue muchos adjetivos en un solo sujeto. Cantautor, filósofo, poeta, relator de anécdotas, de sentencias y de salmos,   trovador de los caminos de la vida, Mensajero Mundial de la Paz, declarado así por la Unesco  en 1996. Asistir a uno de sus conciertos significaba presenciar un sabio y prolongado monólogo que tenía como fondo musical el bello rasgar de una guitarra y, como complemento, sus inolvidables canciones, siempre cargadas de un profundo mensaje social, sicológico y moral.

El drama y la tragedia que golpearon su vida no doblegaron jamás ese espíritu suyo hecho a prueba de calamidades, que siempre rondaron su existencia, aun antes de nacer. Así, ya en la víspera de su llegada al mundo en Ciudad de la Plata, provincia de Buenos Aires,  su padre, perteneciente a una importante familia de Argentina, abandonó al grupo familiar, esto es a Sara, la madre, sus seis hijos ya nacidos y Facundo,  quien nacería al siguiente día, el 22 de mayo de 1937.

Fueron tres las personas que en diferentes etapas cambiaron el destino del afamado trovador, todas ellas sencillas pero sabias. Sara, su progenitora, aquella mujer que cantaba cuando tenía deseos de llorar y que enseñó a su hijo lo valioso que es perdonar y olvidar el rencor. El cura del correccional de menores, en donde el futuro personaje de la canción latinoamericana pasó algunos años, detenido por su comportamiento irregular  y en donde, en cambio, aprendió a leer y escribir a los 17 de edad,  guiado por ese buen religioso. Y finalmente un humilde  mendigo de Buenos Aires, quien quiso hacerle conocer al cantautor el Sermón de la Montaña que el pordiosero se apuró en recitarlo,  transformando desde entonces la existencia de Cabral al apegarse el cantautor al misticismo.

A partir de aquel día, aquel juglar de la canción latinoamericana, amado por las multitudes, no cesó en expresar su apego hacia Jesús, Mahatma Gandhi y Teresa de Calcuta. Y no se detuvo jamás para lamentarse por las tantas tragedias que le hizo sufrir la vida, como la muerte de su esposa y de su hija en un accidente aéreo,  el cáncer que él sufría y la ceguera que avanzaba con rapidez.  Por el contrario, durante sus largas alocuciones en sus conciertos,  llamaba a perdonar y a agradecer a Dios por todo aquello que todavía nos quedara.

De seguro que Facundo Cabral, figura impresionante en el grupo de los más admirados compositores e intérpretes de nuestra América, será recordado durante largos años por  muchos detalles. Por llevar una existencia singular, haciendo de los hoteles en donde se hospedaba en las aproximadamente 160 ciudades a las que llevó su canto, su propia casa, a falta de un hogar que finalmente ya no quiso tener. …Y sin duda que nos oprimirá la nostalgia durante mucho tiempo más,  cuando recordemos o escuchemos sus canciones que conquistan el sentimiento y llegan a lo profundo de la conciencia;  pero, sobre todo, por sus palabras cargadas de sabiduría, de nobleza y de generosidad de alma.

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