La revolución bolchevique de 1917 prometió un “hombre nuevo” y una sociedad equitativa, pero los Estados Unidos de América produjeron una alternativa al “comunismo”. General Motors Corporation (GMC) inventó el crédito moderno, creando una nación de endeudados, de consumistas y de falsos propietarios. Ocultando la más descarada concentración de riquezas impuesta por el capital financiero, provocando la esclavitud de la mayoría de sus ciudadanos.
En 1919, esta empresa fundó la General Motors Acceptance Corporation (GMAC), financiando la venta de sus automóviles.
De esta manera, financiando productos y subsidiando el consumo todos estaban contentos, depositando casi nada de cuota inicial, comprometiendo su vida para pagar. Posteriormente, los banqueros especuladores empujaron todo este sistema oprobioso a la Gran Depresión de 1929. Para el año 1940, hubo una recuperación de la economía crediticia.
En 1950 Dinner’s Club emitió la primera tarjeta de crédito y en 1978, la Suprema Corte de Justicia autorizó a los bancos a cobrar altos intereses para los consumos con dichas tarjetas, convirtiéndolas en el principal negocio bancario. Entre los años 1982 y 2007, los principales bancos americanos manejaron aproximadamente dos trillones de dólares en operaciones de crédito.
Mientras en el año 2001, GMAC tenía casi un trillón, financiando vehículos en todo el mundo. Y todos estamos, como cantaba Rubén Blades, “aparentando lo que no somos, viviendo en un mundo de pura ilusión”. Muchos queremos tener un jeep 4x4 nuevo, plasmas, LCD, refrigeradoras, lavadoras, equipos de sonido de última generación y casas grandes, financiadas en “cómodas cuotas mensuales”.
En la actual vorágine consumista, lo único realmente nuestro son las “cuentas por pagar”, trabajamos para aumentar el poder de los capitales especulativos y usureros. Los endeudados viven esclavizados, cargando más tarjetas de crédito que fotos familiares en las billeteras.
A propósito de esto, según los últimos datos estadísticos, en los nueve primeros meses de este año, los ecuatorianos hemos gastado casi cuatro mil millones de dólares en consumos con tarjetas de crédito. Sin duda, estamos viviendo una burbuja crediticia, nos ofrecen préstamos para financiar viviendas y autos a largo plazo en prácticamente todos los bancos.
Nuestro pueblo, cada vez consume más y se endeuda mucho más de lo que puede pagar; en consecuencia, no deja un margen de sus ingresos para ahorrar. Crédito, intereses y especulación falsifican la “distribución”, solo favorecen la concentración de dinero en pocas manos.
Lo dijo el ex presidente estadounidense John Adams: “Hay dos formas de esclavizar una nación, una es con la espada, la otra es con la deuda”.
Los soviéticos colapsaron hace 20 años, la actual burbuja capitalista está por colapsar, mientras tanto los seres humanos seguimos mereciendo una sociedad con una distribución de riquezas más justa.