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El Telégrafo
Robert Mudge

Bufonesca gloria

25 de julio de 2019

En 1999, Boris Johnson le dijo a su jefe, Conrad Black, el dueño del diario Daily Telegraph y de la revista The Spectator, que se olvidaría de su carrera política para asumir el cargo de editor de este último semanario político. De hecho, se lo prometió. Pero no cumplió. Rompiendo su palabra, Johnson se presentó como candidato a diputado por Henley (Oxford) en la lista del Partido Conservador, y ganó la elección en 2001. Así comenzó la carrera política de Johnson, que lo ha llevado al umbral del número 10 de la Downing Street.

La lista de mentiras y calamidades, que son tan naturales en Johnson, es bastante larga. Solo para que no lo olvidemos: este es el hombre que se vio forzado a disculparse por un editorial publicado en The Spectator mientras él estaba a cargo, editorial que responsabilizó erróneamente a fanáticos borrachos del Liverpool por la tragedia de Hillsborough en 1989, en la cual 96 hinchas fueron aplastados hasta la muerte.

En 2001, este señor dijo que Reino Unido debería permanecer dentro de la Unión Europea (UE), porque “ha traído beneficios palpables a Gran Bretaña en libre comercio y en libertad de movimiento para los británicos, que también se han podido establecer libremente en otros países de la UE; salirse significaría una pérdida preocupante de influencia”. Sí, también me estoy frotando los ojos con incredulidad. En 2003, dijo en la Cámara de los Comunes: “Soy fanático de la Unión Europea. Si no tuviéramos una, deberíamos inventarla”.

En 2018 dijo que permanecer en el mercado común era “una locura”. En 2016 dijo que estaba a favor de quedarse. En 2012, que quería seguir dentro de la UE. Y más recientemente, su campaña “Vote Leave” (o Vota salir), con vistas al referéndum por el Brexit  afirmaba que “Gran Bretaña tendrá acceso al mercado único después de que votemos por salirnos” de la UE.

Admito que soy parcial ante las excentricidades de los ingleses, pero no olvidemos que este señor ha visto coronada su aspiración de convertirse en el próximo primer ministro británico. Las fisuras que han surgido en los últimos tres años en el sistema político y la sociedad en general han dañado profundamente al país. Con Boris Johnson como primer ministro, el abismo espera. (O)

Tomado de DW

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